El presidente luso apura sus contactos antes de los comicios
Con el adelanto electoral, la mayor incógnita es ahora conocer la fecha exacta de las votaciones
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, apuró ayer su ronda de contactos antes de anunciar su decisión sobre la salida a la crisis política en el país, y se da por hecho que optará por las elecciones anticipadas a falta de saber la fecha escogida para los comicios. La reunión del Consejo de Estado convocada para ayer en Cascais, justo una semana después del rechazo del Presupuesto en el Parlamento, es la última formalidad que debe cumplir el jefe de Estado antes de anunciar formalmente su decisión, después de haber escuchado ya a los partidos y a los agentes sociales.
“Es fundamental oír al Consejo de Estado y las razones de los consejeros”, señaló Rebelo de Sousa en declaraciones a periodistas horas antes de la reunión. A falta del anuncio definitivo, Rebelo de Sousa ya dejó claro que se inclina por disolver el Parlamento y adelantar las elecciones para resolver la crisis, decisión que deberá comunicar al país en la noche de hoy. El presidente fue el primero en avisar, con dos semanas de negociación por delante, que convocaría elecciones si no había acuerdo para las cuentas de 2022, pero niega haberse precipitado al adelantar ese escenario: “Prefiero ser criticado por haber hecho eso que por omisión”, aseguró la noche del martes.
LA INCÓGNITA ES LA FECHA
Con el adelanto electoral dado como seguro, en Portugal la mayor incógnita es ahora la fecha de esos comicios, determinante sobre todo para los partidos de la derecha, que tenían previstas en noviembre y diciembre primarias para resolver sus disputas internas. El presidente afirmó que no tendrá en cuenta los procesos electorales partidarios para escoger la fecha, que será “la más razonable”. Ayer, 117 personalidades del país, como exministros y empresarios, firmaron una carta dirigida a Rebelo de Sousa en la que le pidieron “elecciones con tiempo”, para febrero. Los partidos se decantan por una fecha más temprana, el 16 de enero.
El Gobierno del socialista António Costa, que se mantiene en funciones y no piensa dimitir, ya se mostró favorable a que las elecciones se realicen lo más rápido posible. Costa, que como primer ministro forma parte del Consejo de Estado, estuvo además ayer en el aniversario del Banco de Portugal donde, justo a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, defendió que su gabinete hará “lo que sea necesario” para que el país tenga unas finanzas públicas más sanas.
A pesar de que las elecciones todavía no se convocaron, en el país ya se piensa en los posibles escenarios que podrán dejar las urnas, con un resultado incierto por el momento. Uno de esos escenarios sería la repetición de lo ocurrido en 2019, cuando los socialistas vencieron las elecciones pero no consiguieron la mayoría absoluta, lo que dos años después les abocó a dejar la legislatura a medias. Dentro del Partido Socialista hay voces que insisten en que sería posible alcanzar un nuevo acuerdo con los antiguos socios de izquierda, el Bloco y el Partido Comunista (PCP), con los que se formó una alianza parlamentaria durante la anterior legislatura.
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