Un millón de franceses salen a la calle contra los recortes

Las manifestaciones convocadas por los diferentes sindicatos dejaron más de 300 detenidos

Dos policías se llevan a una manifestante en una de las concentraciones de París.
Dos policías se llevan a una manifestante en una de las concentraciones de París.

La jornada de este jueves en Francia se vivió con tensión y movilizaciones masivas que recorrieron ciudades de todo el país. Convocadas por varios sindicatos, las protestas buscaban enviar un mensaje al nuevo primer ministro y frenar el proyecto presupuestario del ya dimitido François Bayrou, que contemplaba recortes cercanos a 44.000 millones de euros. Más de un millón de personas participaron en unas 250 concentraciones, y los transportes y los centros educativos fueron los puntos más afectados desde primeras horas.

Calles de París, Marsella, Lyon y Lille se llenaron de manifestantes que portaban pancartas, banderas sindicales y carteles contra los recortes. El tráfico se detuvo en arterias principales y varias estaciones de trenes registraron largas filas de usuarios frustrados por retrasos. Tiendas y farmacias cerraron temporalmente, mientras que los autobuses urbanos circulaban con frecuencia reducida.

El Ministerio del Interior había advertido sobre bloqueos y posibles incidentes de grupos de ultraizquierda, que podrían reunir entre 5.000 y 10.000 personas con intención de causar problemas. La Policía registró más de 300 detenciones, de las cuales 134 se encuentran bajo custodia. A pesar de los disturbios, el ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, indicó que las acciones fueron “menos intensas de lo previsto”, en parte gracias al despliegue policial. En los trenes circulaban nueve de cada diez servicios de alta velocidad y solo 22 institutos sufrieron bloqueos, mientras que nueve de cada diez farmacias permanecieron cerradas.

El país recordaba la jornada del pasado día 10, cuando París reunió a 200.000 personas y se produjeron altercados, incluido el incendio de un restaurante. Hoy, más de un millón de ciudadanos volvieron a tomar las calles, en medio de una ronda de contactos políticos que busca conformar un nuevo Ejecutivo encabezado por Sébastian Lecornu. La protesta combinó movilización masiva y controles de seguridad intensos, con la ciudadanía observando atentamente la respuesta del Gobierno y el impacto de las medidas previstas por Bayrou.

A lo largo del día, la tensión fue palpable: algunos manifestantes bloquearon accesos a edificios públicos, mientras que otros coreaban consignas desde plazas y avenidas principales. Fuerzas de seguridad reforzaron sus puestos en puntos estratégicos, pero la mayoría de las concentraciones transcurrió sin enfrentamientos graves.

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