Italia entierra una era con el funeral de Silvio Berlusconi

El ex primer ministro, fallecido a los 86 años, fue despedido en Milán entre políticos y familiares

Agencias

Publicado: 15 jun 2023 - 09:44

El ataúd de Silvio Berlusconi, ayer en la Catedral de Milán (Duomo) durante el funeral de estado.
El ataúd de Silvio Berlusconi, ayer en la Catedral de Milán (Duomo) durante el funeral de estado.

Pocos personajes conoció Italia tan polémicos como el exprimer ministro Silvio BerlusconiSilvio Berlusconi, fallecido con 86 años este lunes. No obstante, ayer fue despedido con honores en un funeral de Estado en la catedral de Milán (norte) que reunió a las mayores autoridades del país y a su amplia dinastía.

En Italia parecía que nunca ocurriría, pero Berlusconi, el hombre que marcó las últimas tres décadas de política, aliñadas con todo tipo de controversias, el magnate que entraba cada día en la casa de los italianos con sus televisiones, ya forma parte de la historia.

Sus restos fueron velados de forma estrictamente privada en su villa de Arcore, en la periferia milanesa, pero tres días después de su muerte fueron acogidos y celebrados con un funeral por todo lo alto ante la plana mayor del Estado, como él habría querido.

Su féretro cruzó en coche toda la ciudad hasta los pies del templo, donde esperaban sus cinco hijos -Marina, Pier Silvio, Barbara, Eleonora y Luigi- y su última novia, la diputada Marta Fascina, que lloraba desconsolada. El ataúd, trasladado escoltado en procesión, recibió las honras de un piquete del Ejército de tierra, la Marina y la Aeronáutica, mientras las banderas de la plaza -y del país- ondeaban a media asta.

En la calle, cerrada con verjas, miles de seguidores del empresario que aguardaban desde primera hora pese al calor de justicia rompieron en vítores en cuanto el coche fúnebre irrumpió en el lugar. “Un presidente, solo hay un presidente”, coreaban cientos de apasionados del fútbol, agradecidos por las decenas de trofeos que conquistó con el Milán.

Una viuda desconsolada

Dentro del templo esperaban más de 2.000 almas, entre políticos -tanto aliados como opositores-, empresarios, representantes de los órganos constitucionales, autoridades nacionales y europeas y el presidente de la República, Sergio Mattarella. El ataúd fue llevado ante el altar del templo y puesto sobre el suelo, decorado con flores blancas y rojas, que con sus hojas verdes formaban la bandera italiana, y una foto oficial del político.

A pocos metros, en primera fila, lloraba desconsolada Fascina, medio siglo más joven y que le acompañó durante su enfermedad, la leucemia, y hasta el final. A su lado se sentaban los cinco hijos del magnate y, muy cerca, se vio a la primera ministra, Giorgia Meloni, apoyada por una coalición de partidos derechistas de la que formaba parte el de Berlusconi, Forza Italia, y el aliado de ambos y vicepresidente, Matteo Salvini.

Entre los asistentes estuvo el comisario europeo para la Economía y ex primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, y el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

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