La integridad de Johnson, en cuestión a días de los comicios
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La oposición de Reino Unido pide que se investigue al primer ministro británico por corrupción
El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, afrontó ayer acusaciones de falta de integridad tras revelarse presuntas irregularidades en su gestión en el Gobierno y de la pandemia, a pocos días de que el 6 de mayo se celebren unas elecciones parciales en el Reino Unido. El Partido Laborista, primero de la oposición, y los independentistas escoceses, que gobiernan en Escocia, pidieron que se investiguen los posibles casos de corrupción revelados en parte por el ex asesor principal de Johnson, Dominic Cummings, que el viernes cargó contra su antiguo jefe y le reprochó "falta de competencia e integridad".
Entre otras cosas, el líder "tory" fue acusado de tratar de pagar las reformas de su apartamento oficial en Londres con fondos no declarados de simpatizantes del partido y de conceder contratos públicos y dar trato de favor a empresarios y políticos afines -lo que él niega-.
El líder laborista, Keir Starmer, pidió "sacar a la luz del sol" la supuesta dirección "amiguista" de Johnson, de la que dijo: "Francamente, apesta". La ministra principal del Gobierno de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, exigió asimismo investigar "los trapicheos" del Gobierno del primer ministro, y abundó en que "el hedor a corrupción se está haciendo insoportable".
Varios "tories" respaldaron que se examinen las decisiones del líder conservador, entre ellos el ex fiscal general Dominic Grieve, que declaró que la confusión generada refleja "el caos" que Johnson provoca a su paso debido a su "falta de integridad".
REVELACIONES DE CUMMINGS
Cummings, cesado en noviembre por luchas internas, arremetió ayer en su blog contra el jefe del Gobierno, después de que el entorno de este lo acusara, según él injustamente, de haber filtrado en 2020 información gubernamental a la prensa. Una de sus alegaciones es que Johnson tenía un plan "poco ético, estúpido y posiblemente ilegal" para que simpatizantes del Partido Conservador "pagaran secretamente" por la reforma de su piso en el número 11 de Downing Street (donde reside al ser más amplio que el que hay sobre su despacho oficial), valorada, de acuerdo con la prensa, en unas 200.000 libras (230.000 euros).
El Gobierno asegura que eventualmente Johnson pagó de su bolsillo la renovación, pero los laboristas piden investigar si hubo donantes que adelantaron dinero, para comprobar, entre otras cosas, que no se les compensara con "favores".
Cummings reveló también que el líder "tory" intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a los medios que impondría (en noviembre) un segundo confinamiento por la pandemia, al percatarse de que el culpable podía ser un amigo de su novia, el asesor Henry Newman.
Las revelaciones del antiguo confidente de Johnson se suman a una polémica anterior por presunto amiguismo y conflicto de intereses en el Ejecutivo, después de que la prensa publicara que el "premier" y varios ministros pudieron dar un trato de favor a empresarios como el pro-Brexit James Dyson y políticos como el exprimer ministro "tory" David Cameron y el príncipe saudí Mohamed bin Salman.
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