El gran terremoto de Turquía y Siria alcanza ya los 20.000 muertos

El Parlamento turco decreta el estado de emergencia en las provincias afectadas y los líderes de la UE activan fondos de ayuda urgente

Agencias

Publicado: 10 feb 2023 - 00:00 Actualizado: 10 feb 2023 - 09:58

Los equipos de rescate continuaban ayer rescatando personas atrapadas en Hatay (Turquía).
Los equipos de rescate continuaban ayer rescatando personas atrapadas en Hatay (Turquía).

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea aseguraron ayer que están preparados para proporcionar apoyo adicional. Los Veintisiete transmitieron “sus más profundas condolencias a las víctimas”.

Tras el desastre natural, la UE desplegó alrededor de 1.600 personas en las tareas de rescate. También dieron la bienvenida a la conferencia de donantes internacionales para movilizar fondos en apoyo de la población de Turquía y Siria afectada por el terremoto, que tendrá lugar en marzo en Bruselas y organizan la Comisión Europea y la presidencia sueca del Consejo de la UE.

“El Consejo Europeo pide a todos garantizar el acceso humanitario a las víctimas del terremoto en Siria independientemente de donde estén. La Unión Europea y sus Estados miembros han movilizado recursos adicionales para apoyar los esfuerzos humanitarios. Pide a la comunidad humanitaria, bajo los auspicios de Naciones Unidas, asegurar la rápida entrega de la ayuda”, señalaron los Veintisiete.

El número de muertos por los devastadores terremotos del lunes superan ya los 20.000, de los cuales 17.134 se contabilizan en Turquía y 3.317 en Siria.

En ambos países hay más de 75.000 heridos. En Turquía, más de 100.000 miembros de equipos de salvamento y del Ejército están movilizados para rescatar a los supervivientes, pero el tiempo invernal, el grado de destrucción y la amplitud de la zona afectada complican los trabajos. Una vez traspasado el límite de las 72 horas las esperanzas de encontrar a supervivientes se reducen. Con todo, los rescatistas han continuado liberando en las últimas horas a personas de los escombros, incluidos cuatro menores que llevaban 84 horas sepultados.

En Siria el número de muertos por los terremotos en todo el país se eleva ya a 3.317 y el de heridos se sitúa en al menos 5.245, incluidas las áreas en manos de la oposición y las controladas por Damasco.

El primer convoy con ayuda humanitaria de la ONU llegó ayer a las áreas opositoras del noroeste de Siria a través del paso fronterizo de Bab al Hawa, que une la provincia siria de Idlib con Turquía, casi cuatro días después del seísmo inicial.

El Parlamento de Turquía aprobó ayer el estado de emergencia propuesto por el presidente, que entró oficialmente en vigor en las diez provincias más afectadas por el terremoto. El estado de emergencia, en vigor durante los próximos tres meses, se basa en la Constitución turca que permite decretarlo en caso de catástrofes naturales. Durante este tiempo se pueden imponer a los ciudadanos obligaciones monetarias, patrimoniales y laborales, y se pueden limitar o suspender temporalmente los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía.

“No hacemos ninguna diferencia entre víctimas turcas y víctimas sirias, la devastación en el lado turco y la devastación en el lado sirio”, dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien informó de que se han enviado equipos a Turquía, y se han activado convenios por 1,5 millones de euros con las ONG que trabajan en Siria.

“Conseguimos dar una oportunidad para la vida”, dice un enfermero desde Elbistán

Los equipos de rescate y los voluntarios trabajan “fuera de tiempo ya en busca de milagros”, según explica desde la ciudad turca de Elbistán el sanitario murciano Manuel Pardo. Enfermero del 061 en la Comunidad de Murcia, se encuentra en Turquía junto a la organización Bomberos Unidos sin Fronteras, que ha movilizado a diez bomberos rescatadores, un médico, tres enfermeros y cuatro perros en la citada ciudad del sur del país, de unos 150.000 habitantes y que sufrió el desplome de más de 150 edificios habitados la madrugada del lunes.

“La situación es muy caótica, como todo el mundo puede imaginar. Estamos en plena fase de emergencia y todavía mantenemos la búsqueda de personas, aunque trabajamos ya fuera de tiempo porque ha pasado el tercer día y buscamos milagros”, cuenta.

Este voluntario, con amplia experiencia en la asistencia en emergencias por desastres naturales, como el tifón Yolanda en Filipinas o el huracán Fiona en la República Dominicana, subraya que la magnitud de lo acontecido en Turquía y Siria ha desbordado los sistemas sanitarios y las infraestructuras de rescate de ambos países, si bien cree que “ningún país del mundo, por desarrollado que esté, tiene capacidad para afrontar por sí solo una catástrofe como ésta”.

Con tres horas de sueño en los últimos tres días, participó de las 14,00 horas del miércoles a las 04,00 del viernes en el rescate de la última superviviente encontrada con vida en Elbistán, una joven localizada por la unidad canina entre los escombros de un edificio y que fue trasladada con vida hasta un hospital tras ser recuperada de los escombros y estabilizada por los sanitarios.

“Fue un milagro que nos sobrecogió a todos después de catorce horas trabajando sin descanso para poder sacarla de las ruinas, ponerle una vía en un espacio muy confinado, estabilizarla, darle terapia intravenosa y llevarla al hospital. Son situaciones que emocionan porque se consigue dar una oportunidad para vivir”.

Manuel Pardo afirma que la comunidad internacional trabaja en estos días iniciales en la primera fase de la catástrofe, pero reconoce que el restablecimiento de la normalidad se prolongará durante años.

“Esta gente necesitará mucha ayuda durante años, durante muchos años”, ha insistido, por lo que hace un llamamiento a que no caigan en el olvido estos terremotos porque “hay miles de familias sin hogar, infraestructuras colapsadas y miles de necesidades” que requieren de la movilización internacional en la fase de postemergencia.

Por otro lado, resalta la profesionalidad y sensibilidad de los voluntarios movilizados en esta primera semana, muchos de los cuales han dejado a hijos pequeños o incluso familiares muy enfermos “sabiendo que igual no los vuelven a ver a su regreso”.

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