El G20 avanza en un pacto de fiscalidad sobre las digitales
El debate se centra en el porcentaje a pagar por las multinacionales para evitar que evadan impuestos
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 se reunieron ayer en Venecia, en la primera sesión de una cumbre de dos días, para buscar un acuerdo que respalde el mecanismo de fiscalidad para multinacionales consensuado el 1 de julio en el marco de la OCDE. Este sistema se basa en dos pilares, el modo de asignar un porcentaje de los beneficios de las empresas, en particular de las digitales, a ciertas jurisdicciones para que paguen impuestos donde operan aunque no tengan presencia física; y en la aplicación de un tipo mínimo del impuesto de sociedades de, al menos, el 15 % a las empresas con una facturación como poco de 750 millones de euros. “El Gobierno francés ha trabajado mucho para lograr este acuerdo, hemos trabajado desde hace cuatro años, y ahora tenemos la oportunidad de alcanzarlo, no a nivel del G7, sino del G20”, dijo ayer el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, a los medios acreditados.
También la vicepresidenta segunda y ministra española de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, se mostró en la misma línea: “Confío en que lleguemos en un acuerdo mañana, en la reunión del G20, para tener un sistema fiscal internacional más eficiente y más justo”, apuntó.
Uno de los puntos clave de las conversaciones es cuál debe ser el porcentaje de esta tasa mínima efectiva para sociedades, pues algunos países como Estados Unidos, Argentina o Francia presionan para que sea más ambiciosa. “Francia aceptó que el impuesto mínimo a sociedades fuera de al menos el 15% en la declaración final del G7. Queremos que ese tipo mínimo de impuesto de sociedades sea superior al 15%”, dijo Le Maire.
La intención del G20 es buscar un acuerdo político para secundar este mecanismo y evitar que las multinacionales, principalmente las grandes tecnológicas, sigan evadiendo impuestos o desviando sus beneficios a paraísos fiscales. El debate sobre cuál debe ser el porcentaje puede alargarse hasta la cumbre de los líderes del G20 en octubre en Roma, pues de momento hay discrepancias, y después los países que se hayan sumado aplicarán este sistema fiscal compartido antes de 2023. Si el G20 llega en estos días a un entendimiento sobre este instrumento fiscal, los países de la Unión Europea podrían utilizarlo para intentar sumar a miembros que, como Irlanda o Hungría, son más reticentes a aceptarlo pues habitualmente utilizan tipos impositivos más bajos para atraer inversiones.
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales hablarán además de la situación económica global y de cómo ayudar a los países pobres y más endeudados a salir de la crisis derivada de la pandemia.
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