El Estado Islámico reivindica el ataque al club de Estambul
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La policía turca arrestó a 12 presuntos colaboradores del autor de la masacre, que sigue en fuga
La policía turca arrestó hoy en Estambul a 12 personas por su presunta relación con el ataque contra el club "Reina" en Nochevieja, que dejó 39 muertos, mientras sigue a la fuga el supuesto autor de la masacre, reivindicada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Los servicios de inteligencia turcos tienen "pistas sobre las huellas dactilares y la apariencia" del sospechoso, aseguró ayer el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus.
La principal acción fue el registro de una vivienda en el barrio estambulí de Zeytinburnu, donde un hombre saltó de una ventana a la calle, donde fue detenido. Según informa el periódico Cumhuriyet, este hombre no es el supuesto terrorista.
Tras analizar numerosas imágenes filmadas fuera y dentro del club atacado, la policía turca cree que el terrorista es un hombre de unos 25 años de la región autónoma de Sinkiang, en el noroeste de China, poblada mayoritariamente por uigures de religión musulmana. Otra línea de investigación apunta a militantes de Uzbekistán o Kirguizistán, de la misma célula del EI que perpetró el atentado contra el aeropuerto estambulí de Atatürk, en el que murieron 45 personas el pasado 28 de junio.
Kurtulmus aseguró en una rueda de prensa que, a pesar del "mensaje" enviado por el EI, Turquía y su ejército seguirán adelante con sus operaciones contra los yihadistas en el norte de Siria.
Turquía mantendrá su intervención militar en el país vecino "con determinación", dijo el viceprimer ministro en referencia a la llamada operación "Escudo del Éufrates", lanzada en agosto y que pretende destruir al EI en el norte de Siria y evitar que milicias kurdas controlen la zona fronteriza.
A pesar de que se desconoce la identidad del atacante, el EI reivindicó ayer la autoría de la masacre en un comunicado en árabe y en turco, siendo la primera vez que el grupo yihadista clama la autoría de un ataque en suelo turco.
realizó 180 disparos
El terror empezó en el primer día de 2017 cuando a la 01.20 hora local del 31 de diciembre de 2016 un desconocido apareció en la puerta del club y disparó contra los guardias de seguridad, que no llevaban armas. El periódico "Hürriyet" asegura que el atacante disparó en el club con un arma de cañón largo hasta 180 veces.
Según informó el diario HaberTürk, del hecho de que haya descargado 180 balas, los expertos deducen que llegó a cambiar seis veces de cartucho durante el ataque, que según algunos medios duró siete minutos.
Si bien aún no está claro cuántos minutos permaneció dentro del club antes de huir, la investigación cree que primero subió al primer piso, disparó allí contra la gente, luego bajó a la planta baja y mató con disparos a la cabeza a varias personas que estaban tiradas en el suelo.
Después de cambiarse de ropa, el atacante abandonó el lugar en medio del caos y dejó su arma y su chaqueta en el club.
Las imágenes del atentado muestran que el supuesto autor actuó de manera "extremadamente profesional" y, por su forma de caminar, parece que habría sufrido un disparo en su pierna derecha, según aseguró en la cadena CNNTürk un especialista turco en terrorismo.
Acudir a "Reina" era sinónimo de estilo de vida de clase alta
La mayoría de las víctimas extranjeras proceden de países árabes, sobre todo de Arabia Saudí, mientras que todavía está por determinar la identidad de uno de los fallecidos. El club "Reina" de Estambul es sinónimo del estilo de vida de clase alta y en los últimos años se había convertido en un lugar de peregrinación para adinerados turistas árabes que no pueden compaginar su visión del ocio con las leyes de su país.
El ataque parece dirigido contra el estilo de vida moderno, contra el hábito de reunirse en bares, festejar y tomar bebidas alcohólicas.
Mientras, una institución de la sociedad civil turca presentó ayer una denuncia contra el titular del Ministerio de Asuntos Religiosos (Diyanet), Mehmet Görmez, por el sermón oficial del viernes pasado en el que calificó la celebración de Año Nuevo de "ilícita".
También varios medios de comunicación oficialistas habían animado a los ciudadanos turcos a no festejar la entrada del Año Nuevo, por considerarla una festividad no musulmana. A pesar de estos llamamientos, la policía turca había desplegado en Estambul a unos 17.000 agentes por miedo a posibles atentados terroristas.
Por otra parte, policía turcadetuvo a una joven tras su aparición en un vídeo hablando con un grupo de amigos del peligro que supone el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Turquía. La joven Aysegül Basar es miembro de una institución de la sociedad civil (Halkevleri) y periodista en prácticas para el rotativo Cumhuriyet, según informó ese mismo periódico.
En el vídeo aparece Basar junto a otros compañeros en un café de Estambul, advirtiendo del "peligro del fanatismo y del Estado Islámico" y haciendo hincapié en "la importancia del secularismo".
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