La crisis de refugiados impulsa la xenofobia en Escandinavia

Mundo

Todos los partidos de ese corte comparten el euroescepticismo y la defensa de la identidad nacional

anxo lamela copenhague (dinamarca)

Publicado: 27 feb 2017 - 11:00 Actualizado: 28 feb 2017 - 01:41

Pia Kjærsgaard, un ama de casa danesa con verbo fácil, se convirtió en modelo a seguir.
Pia Kjærsgaard, un ama de casa danesa con verbo fácil, se convirtió en modelo a seguir.

La crisis de los refugiados en Europa ha impulsado a la derecha xenófoba escandinava, asentada en un panorama político donde no es considerada extremista con un claro discurso contra los inmigrantes y en el que incluso asume responsabilidades de gobierno.

Fuerzas de ese corte forman parte de los gobiernos noruego y finlandés, mientras que los ultranacionalistas han sostenido a todos los ejecutivos de centroderecha daneses desde 2001 y en Suecia son ya tercera fuerza parlamentaria y empiezan a salir de su aislamiento.

Todos comparten el eurescepticismo, la defensa de la identidad nacional y la inquina hacia los inmigrantes, sobre todo musulmanes, discurso que ha ganado protagonismo con la oleada de solicitantes de asilo llegados al norte de Europa en los dos últimos años y que ha provocado políticas de acogida todavía más duras, recortes en ayudas y controles fronterizos.

Aun guardando distancias con el triunfo de Donald Trump en EE.UU., figuras destacadas de esos partidos escandinavos no han dudado en respaldar la política migratoria del nuevo inquilino de la Casa Blanca, "inspiradora" para Martin Henriksen, portavoz en inmigración del Partido Popular Danés (DF).

Y "completamente legítima", en opinión del líder de Demócratas de Suecia, Jimmie Åkesson, que ha apoyado a Trump en su reciente ataque a la política sueca de extranjería vinculando la llegada de inmigrantes con un supuesto aumento de disturbios y delitos sexuales. Pero este discurso empezó a aparecer en la región hace ya tres décadas.

el centro del debate

Fue entonces cuando el danés Partido del Progreso, y más tarde su homónimo noruego, surgidos años atrás como opositores al modelo nórdico de intervencionismo estatal y elevados impuestos, adoptó la línea antiinmigración que empezó a darle beneficios electorales, aunque sin salir del todo de la marginalidad. De esa formación nació en 1995 el DF, dirigido por una ama de casa de verbo directo, Pia Kjærsgaard, que transformó la política danesa, llevó a los inmigrantes al centro del debate y se convirtió en el modelo a seguir para el resto de formaciones xenófobas nórdicas.

El DF ha sido aliado esencial del bloque de derecha, que desde 2001 no ha tenido reparos en pactar con él y endurecer más y más la línea en extranjería a cambio del apoyo de un partido que equipara islam y fascismo e inmigración con delincuencia, considerando la llegada de extranjeros como una amenaza para el estado de bienestar.

El DF hace tiempo que es un partido "decente", al contrario de lo que vaticinó un día el ex primer ministro socialdemócrata Poul Nyrup Ramussen (1993-2001).

Su partido no solo vota con el DF y el resto de la derecha leyes para requisar joyas y dinero efectivo a los refugiados, sino que habla abiertamente de gobernar juntos en el futuro.

Pia Kjærsgaard, desde 2015 presidenta del Parlamento, fue homenajeada hace dos días en la Cámara, con el primer ministro, el liberal Lars Løkke Rasmussen, a la cabeza, elogiando su carácter de pionera, a la que "muchos" deberían pedir perdón por los ataques recibidos antaño.

Invitan a los inmigrantes a comer cerdo, beber y enseñar la cara

La figura de Pia Kjærsgaard ha sido inspiración directa para el noruego Partido del Progreso, que con una línea similar rompió las reticencias del resto de la derecha para formar un bloque conjunto que ganó en 2013 y se integró como socio menor en un Gobierno en minoría. Desde allí ha logrado endurecer la acogida a refugiados en Noruega, y aunque exhibe una línea más moderada, eso no ha impedido salidas de tono como la de su ministra de Integración, Sylvi Listhaug, quien invitó públicamente a los inmigrantes a imitar los noruegos, "que comen carne de cerdo, beben alcohol y enseñan la cara".

Listhaug viajó a la isla de Lesbos a un simulacro de rescate para "sentirse" como una refugiada, mientras el vicepresidente del partido, Per Sandberg, exhibía en un congreso una camiseta con un ancla y el lema "Buen viaje", interpretada como alusión a quienes cruzan el Mediterráneo en bote.

En el DF se inspiró asimismo Verdaderos Finlandeses para emprender un ascenso que en 2015 le llevó a participar en un gobierno de coalición, y también Demócratas de Suecia (SD), que a diferencia del resto sí tiene origen en un grupo de ultraderecha en los ochenta.

El SD, en el Parlamento sueco desde 2010, ha intentado barnizar su imagen expulsando a filonazis, pero no ha podido impedir que varios de sus miembros se hayan visto envueltos en altercados o agresiones a inmigrantes.

A diferencia del resto, la derecha xenófoba sueca ha permanecido aislada, pero la situación ha cambiado tras su ascenso en los comicios de 2014.n

Contenido patrocinado

stats