El asesinato del presidente de Haití agrava la crisis del país

Haití vivió ayer una jornada en la que el equilibrió político del país saltó por los aires y generó una crisis nacional. La razón fue el asesinato a tiros del que era el presidente del país, Jovenel Moise. El primer ministro interino, Claude Joseph, asumió las riendas de la situación con un golpe sobre la mesa en forma de estado de sitio e invitando a todas las partes a unirse en aras de la “continuidad” de la poca institucionalidad que le queda a Haití.

La noticia del asesinato fue divulgada de madrugada, cuando alrededor de las 5.00 (hora local), el Gobierno difundió un comunicado firmado por Joseph. En él, se informaba que unas cuatro horas antes Moise, de 53 años, resultó “herido mortalmente” en un asalto a su residencia privada en la región metropolitana de Puerto Príncipe. La primera dama fue trasladada a un hospital con heridas de bala y en estado grave.

Las autoridades atribuyen el ataque a “un grupo de individuos no identificados” del que nada se sabe, más allá de que hablaban español e inglés. En su primer comunicado, Joseph se mostró esperanzado de que “la democracia y la República vencerán”, llamando “a la calma” a sus ciudadanos. Este mensaje de calma fue repetido horas después al término de un Consejo de Ministros extraordinario tras el que ha pronunciado un simbólico discurso a la nación acompañado de altos mandos de seguridad. Este antiguo embajador en España reconoció que la situación es “difícil” y apuesta por dotar de “continuidad” al Estado.

Como primera gran medida, Joseph anunció la entrada en vigor del estado de sitio, una medida de excepción que permite al Gobierno arrogarse un mayor número de competencias y que se plantea ante situaciones extremas. El estado de sitio, que la legislación haitiana plantea en principio para un periodo inicial de 15 días, sitúa a las Fuerzas Armadas como máximas garantes de la seguridad e implica la instauración de tribunales militares, permitiendo el control de los medios de comunicación.

El magnicidio lleva al límite la grave crisis de seguridad que atraviesa Haití tras el tiroteo de la semana pasada en Puerto Príncipe que se cobró 15 vidas y amenaza con provocar un vacío de poder. El presidente llevaba más de un año gobernando por decreto por la ausencia de un Parlamento electo y parte de la oposición le recriminaba que su mandato ya había expirado en febrero de este año.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El presidente de la vecina República Dominicana ordenó el cierre de los cuatro pasos fronterizos con Haití y dispuso el refuerzo de la vigilancia en la zona, tras condenar una acción criminal que “atenta contra el orden democrático de Haití y de la región”. A su vez, el presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que necesitaba “mucha más información, pero es (una señal) muy preocupante de cómo están las cosas en Haití”, tras asegurar que el magnicidio era un “acto atroz”. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que la inteligencia de su país estaba “recopilando” y “evaluando” la información disponible sobre lo sucedido, ofreciendo toda la ayuda que se requiriese.

No fueron los únicos en manifestarse con respecto al crimen. Los mandatarios de México y Colombia condenaron el “lamentable” acto. Otros países latinoamericanos, caso de Cuba, Argentina o Chile, hicieron llamamientos a la paz y a la restauración democrática. Con el paso de las horas, todos los gobernantes hispanos en territorio americano se pronunciaron para mostrar su rechazo.

El magnicidio provocó una reacción inmediata de la Comunidad del Caribe. Su presidente Gaston Browne convocó de urgencia una reunión de los 15 Estados miembros para discutir la crisis en Haití. “Estoy totalmente sorprendido por el asesinato de Moise, y oraré por el restablecimiento de su esposa, de quien se ha informado que está hospitalizada con una herida de bala”, declaró Browne. El Core Group, que reúne a los representantes en el país de la ONU y de la OEA, así como a los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, EEUU, Francia y la Unión Europea, pidió que los actores políticos se abstengan de recurrir a la violencia en Haití.