"Con el yoga te sientes cada vez más tranquilo y realizado"

La zona del mercadillo de la playa de Samil será el próximo martes, de 20:00 a 22:00 horas, el escenario de la segunda clase de yoga programada por +Deporte Atlántico, que se aplazó la semana pasada a causa de la lluvia. El centro Shalom, que organiza el evento, ha elegido como conductor de la actividad a Luis Castro, un especialista en yoga que asegura que “con el yoga te sientes cada vez más tranquilo y realizado; la palabra clave es aceptación”.

¿En qué consiste la clase que impartirá este martes en Samil?

Va a ser una adaptación de una clase de yoga abierta a todo el mundo. Por un lado, vamos a ver un estilo de yoga muy fácil, el Hatha Yoga, en el que se mantienen las posturas. Así, la gente que tiene menos experiencia puede practicar sin ningún problema. Luego, hacia mitad de la clase, haremos otro estilo, Vinyasa Flow. La gente con menos experiencia también podrá seguirlo, pero es más complejo y los que ya tienen más experiencia van a disfrutar mucho más de esa parte. De todas formas, tanto en la clase de Hatha como en la Vinyasa vamos a proponer alguna postura de reto para que todos se exijan un poco y vean que el yoga puede ser algo muy relajante y puede tener también un punto de desafío que te impulsa a progresar y a insistir en la práctica. Por último, vamos a tener una parte de ejercicios respiratorios, que en yoga llamamos Pranayama, y haremos una meditación y relajación final guiada. O sea, que vamos a tocar un poco todos los pilares sobre los que se sustenta el yoga.

¿Qué diferencias hay entre Hatha y Vinyasa?

Hatha yoga es el estilo más tradicional y presta mucha atención a la ejecución de la postura. Entonces, la asana (postura) se detiene y te quedas quieto. Treinta segundos de media en esa postura te permite observarte, ver si estás bien alineado, cómo te sientes en la postura, que zonas tienes tensas y relajadas… Es un estilo idóneo para iniciarse en el yoga. Vinyasa Flow se recomienda para cuando ya tienes cierta práctica porque son como coreografías: una postura se enlaza con la siguiente al ritmo de la propia respiración. Digamos que es más aeróbico.

¿Qué material se necesita para participar en esta sesión?

Sólo hay que llevar ropa cómoda -un pantalón de deporte y una camiseta- y una esterilla de yoga. Luego, sería conveniente llevar algo de abrigo para el final de la clase, que coincide con la relajación guiada. Son unos diez minutos y van a estar parados, tumbados boca arriba, por lo que necesitan abrigarse.

¿Es necesario tener algún conocimiento previo sobre el yoga para asistir?

No. Es una clase abierta a todo el mundo. Es cierto que las personas que ya tienen una base probablemente vayan a entender mejor la dinámica de la clase, pero es una práctica pensada para que la pueda hacer todo el mundo.

¿Se puede practicar yoga simplemente como una actividad física, al margen de su dimensión espiritual o religiosa?

Sí, sí. Se puede hacer solamente la parte física. De hecho, mucha gente se acerca al yoga porque les interesa mejorar algún problema físico: una espalda encorvada, tener más flexibilidad o simplemente para estar más sano. Esa parte física es el primer paso en el yoga, que luego va más allá y busca la evolución de la persona, pero hay gente a la que sólo le interesa la actividad física y es perfecto, no hay ningún problema.

¿De todos los beneficios para la salud que ofrece el yoga, con cuál se queda?

Tiene muchísimos. Sobre todo, genera un profundo estado de bienestar. Es cierto que mucho viene de un bienestar físico, que es lo primero que se empieza a notar, pero ese bienestar físico incide en un bienestar psicológico. Te sientes cada vez más tranquilo, más realizado, y todo eso se resume en lo que para mí es el mayor valor del yoga, que es que después de cierto tiempo practicando, empiezas a aceptar: tus limitaciones, los aspectos más y menos buenos que tengas… La palabra aceptación es clave.

¿Samil es un escenario ideal para la práctica de esta especialidad?

El entorno es idílico. Yo conocía Samil de pasear y es un lugar maravilloso, pero el año pasado fue la primera vez que di una clase allí y me pareció un entorno perfecto: unas vistas increíbles, un mar espectacular… No puede ser mejor.

¿Después de aquella primera clase de +Deporte Atlántico qué comentarios recibió?

Sobre todo, deseaban repetir. Es cierto que había profesores y gente experimentada, pero había un gran número de personas que era la primera vez que practicaban yoga y quedaron encantadas. De hecho, a partir de ahí, muchos se han interesado por dónde practicarlo, algunos nos siguen en modo online y están deseando volver a Samil.

¿Cuál es la situación actual del yoga en una ciudad como Vigo?

La verdad es que hay muchos y muy buenos centros. De todas formas, a la gente que se quiere iniciar en el yoga yo les digo que lo fundamental es que se aseguren de que la persona que da la clase está bien formada y, sobre todo, que prueben la primera vez sin ningún tipo de compromiso. Todos los centros deben ofrecer una clase de prueba porque cada profesor tiene sus particularidades que conectan más o menos con el alumno. Entonces, que prueben en distintos sitios y allí donde noten que conectan, hay que insistir y seguir practicando. Pero en Vigo hay muy buenos sitios.

Últimamente se está oyendo hablar mucho del aeroyoga.

Es llamativo por el hecho de estar colgado en unas telas y tiene muchos beneficios porque descomprime los discos y las articulaciones, pero hay estilos de yoga para todas las personas y todos los gustos.