Disfrutar del yoga al atardecer en Samil

Alrededor de medio centenar de personas participaron ayer en la segunda clase de yoga organizada por el centro Shalom, dentro de la programación de +Deporte Atlántico, una actividad que tuvo como escenario el atardecer en la playa de Samil.

El experto en yoga Luis Castro fue de nuevo el encargado de impartir una clase a la que asistieron iniciados y principiantes a partes iguales, algunos llegados desde puntos lejanos como A Guarda.

Aunque las nubes apenas dejaban ver el sol en el arenal vigués, la lluvia que obligó a suspender la clase el pasado día 21, Día Internacional del Yoga, no llegó a aparecer y la actividad se pudo desarrollar con éxito.

“Esforzarse sin forzar”, “escucha activa”, “escanear tu cuerpo"… Luis Castro iba aconsejando a sus alumnos que se fiaran de las señales de sus propios cuerpos a la hora de hacer los ejercicios con mayor o menor intensidad.

La clase comenzó con una meditación, los cuerpos echados boca arriba sobre las esterillas y varios ejercicios de respiración para conseguir una relajación máxima. “Somos como un músico afinando el instrumento preparándonos para la práctica del yoga”, explicaba Luis Castro mientras sus pupilos iban siguiendo las indicaciones con mayor o menor precisión.

En medio del ajetreo del paseo de Samil, pero centrados en una meditación continua que se prolongó durante una hora y media, los participantes fueron realizando diferentes ejercicios, respiratorios y físicos, para alcanzar la relajación y la paz espiritual deseadas.

A medida que el sol se iba poniendo, con las islas Cíes como fondo privilegiado, la clase fue pasando de la parte más actica y dinámica a la más quieta y profunda.

Un último momento de meditación puso fin a una actividad que volvió a contar con un buen número de asistentes, a pesar de que las condiciones meteorológicas no fueron perfectas.

El yoga es una herramienta valiosa para encontrar la paz en tiempos convulsos, un impulso para meditar al atardecer en Samil.

"El yoga me permite descontracturar después de jugar al tenis"

“Practico el yoga habitualmente, voy a clase dos días a la semana”, afirma Florentino, que combina esta práctica con el deporte. “Yo juego al tenis y todos los estiramientos que se hacen en el yoga, al acabar de jugar me sirven para descontracturar todas las presiones que ejerzo en el tenis: la columna, las piernas, los brazos…”, explica este guardés, que ve otros beneficios en el yoga: “Ante tenía mucha ansiedad y una de las cosas es que me comía las uñas y desde que hago yoga ya no me las como”. Por último, destacó que “Samil me parece espectacular".

“Me gusta trabajar con el cuerpo principalmente”

No era la primera que Gloria practicaba el yoga, pero sí la segunda, por lo que se le puede considerar en el bando de los principantes que se dieron cita ayer en Samil. “Me gusta trabajar con el cuerpo principalmente”, empieza diciendo la ayer alumna de Luis Castro, que ve en el yoga “beneficios posturales y me da tranquilidad, serenidad, introversión. Es una actividad enriquecedora en general, aunque yo soy todavía una principiante”. Eso sí, está dispuesta a seguir después de la clase que recibió ayer en la playa viguesa: “Si me engancha, lo practicaré más a menudo”.

“La gente dice que viene a desconectar y yo siento que es conectar”

En el lado de las ya iniciadas estaba Ileana, que además es profesora de yoga y tiene su propio centro. “La gente dice que viene a yoga a desconectar y en realidad yo siento que es conectar con uno mismo: dejar el móvil, dejar todos los estímulos que nos llegan y aprender a sentirnos. Porque, al final, en el cuerpo se manifiesta todo: emociones, dolores… Lo que no queremos hacer de forma consciente se manifiesta en el cuerpo. Entonces, cuando aprendes a escucharlo, tienes mucha información y puedes decidir cambiarlo”, explica esta viguesa de origen italiano.

“Todo lo que sea al aire libre me gusta”

“Es la primera vez que practico yoga. Me apunté porque este tipo de actividades siempre me han llamado la atención. Todo lo que sea al aire libre me gusta, habitualmente practico ciclismo y me decidí a probar”, señala José Manuel, otro principiante que disfrutó de su primera experiencia en el yoga. “Los beneficios que tiene creo que son sobre todo mentales, de relax, de paz. El yoga es un símbolo de lo antiestresante. Parece que te calmas, que te baja la tensión”, apunta este vigués, que asegura que “me parece estupendo que se hagan estas actividades”.

"Es algo que no había hecho y el entorno es muy agradable"

“Es la primera vez que hago yoga. Me apunté porque me pareció una buena iniciativa, es algo que no había practicado y el entorno me parece muy agradable para realizar una práctica como ésta”, indica José, que reconoce que “del yoga sé lo general. Sus ejercicios están más pensados para el estiramiento y el fortalecimiento, sin ser un ejercicio aeróbico, y hoy vamos a conocerlo un poco más”. José destaca que “hago otros deportes, sobre todo correr, nadar y andar en bicicleta, y quería probar algo más relajado”.

“Resulta relajante y me da tranquilidad”

Ni principiante ni experta, Tamara acudió a Samil para recibir una clase más de yoga, una disciplina de la que destaca que “me gusta porque resulta muy relajante y me da tranquilidad”. Aunque reconoce que “todavía no conozco mucho las modalidades que existen”, la ayer alumna de Luis Castro apuntó que “normalmente hacemos Vinyasa Flow y ese me gusta mucho, porque he probado el yoga tibetano, que es más de meditación, y no me gusta tanto”. Tamara resaltó también el espacio de Samil: “Las vistas son muy buenas”.