“Vaya por dios", presidente
CAMBIO DE GOBIERNO
Alfonso Rueda ya carga con la mochila de la Xunta tras una sesión de investidura en la que el portavoz del PPdeG, Pedro Puy, acabó en el hospital por un "episodio cardíaco adverso" y la votación estuvo a punto de repetirse.
Fue como sentarse a ver un partido del que ya se sabe el resultado y el espectador se dedica a detenerse en los detalles. "Hoy han elegido color para la ocasión", comentó un invitado con sueño o dioptrías de más señalando hacia la Mesa del Parlamento poco antes de que comenzase la sesión de investidura de Alfonso Rueda como sexto presidente de la Xunta de Galicia. Las primeras impresiones a veces llevan al error. La popular Corina Porro, secretaria de la Mesa, vestía de rojo pasión, y la socialista Marina Ortega, vicesecretaria, de azul eléctrico.
También pudo creer el invitado despistado que la nacionalista Ana Pontón era la candidata propuesta para presidir el Gobierno gallego por aprovechar el momento para desgranar su propuesta electoral en vez de contestar al discurso que había pronunciado Alfonso Rueda 48 horas antes. Incluso podría persistir en el error hasta que el protagonista del día le recordó a la portavoz del BNG que el candidato era él.
"El cuchillo lo tenía que haber sacado Pedro Puy antes", comentó un periodista con predicamento en las filas populares. El portavoz parlamentario del PPdeG se entretuvo en teorizar sobre la democracia y dejó el machete para el final de su intervención. "Bastante has hecho", como dicen en pelota vasca cuando se lleva a buena una bola errática. Poco después el presidente de la Cámara, Miguel Santalices, comunicó que Pedro Puy había sufrido una indisposición y que sería sustituido por Miguel Tellado en la contrarréplica. El portavoz titular necesitó ingreso hospitalario por un "episodio cardiaco adverso", según informó el partido. Todos le desearon una recuperación inmediata durante sus intervenciones.
Miguel Tellado pudo así firmar su última actuación desde la tribuna antes de acompañar a Núñez Feijóo en la conquista del Gobierno central previo paso por el Senado. "Se lo merece", comentó uno de los colaboradores que hacen las maletas con el líder nacional del PP.
Mientras Feijóo escudriñaba el móvil, Alfonso Rueda repasaba las fichas de su intervención. El discurso leído el martes fue una excepción. Algún analista calificó su intervención "propia de un conselleiro", pero en el cuerpo a cuerpo se mostró con una desenvoltura que sorprendería hasta al invitado somnoliento. Hasta provocó alguna carcajada cuando repasó los días que llevará Ana Pontón en la Cámara cuando el sábado tome él posesión: "6.144 días, xa estaba cando Ronaldinho rompeu unha cristaleira da catedral na rodaxe dun anuncio do Xacobeo" en 2004.
“Y AHORA UNA CAÑA"
Alfonso Rueda no será más blando que Feijóo en la refriega parlamentaria. Luis Álvarez, portavoz del PSdeG, resumió la intervención del todavía candidato en tres palabras: "Vaya por dios". "O meu secretario xeral está na tribuna e non intente enredar", añadió para despejar las dudas esparcidas por Rueda sobre el liderazgo en el PSOE. "Aínda se escoita hoxe tongo, tongo, tongo", había dicho antes el candidato.
Con poca presencia institucional en una tribuna en la que estuvo González Formoso; Lara Álvarez, alcaldesa de Lugo, o Fernández Lores, alcalde de Pontevedra, durante la votación se vivió un momento de incertidumbre. Corina Porro adelantó el voto de los miembros de la Mesa y de la Xunta, que tienen que hacerlo al final, y Miguel Santalices sugirió por un momento repetirla. Pero como ya habían votado todos, excepto Pedro Puy, la dio por buena. Rueda fue el último en abandonar el Hemiciclo con la mochila de la Xunta al hombro. "Y ahora una caña", sugirió un periodista. "Sí, por favor", respondió Rueda. Mayoría absoluta.
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