Santalices pide al Apóstol una financiación autonómica justa

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, ejerció ayer como delegado regio en la tradicional Ofrenda de Traslación de los restos del Apóstol Santiago, en la que pidió la intercesión del patrón de España por los que sufren violencia, los desfavorecidos, las víctimas de las guerras y los danmificados por la dana, al tiempo que dijo que es un “deber moral” de los gobernantes garantizar la igualdad de los ciudadanos y establecer un sistema de financiación “que priorice a las personas por encima de los territorios”.

En una extensa ofrenda, que pronunció en gallego y en castellano, el delegado regio tuvo palabras de recuerdo para los afectados por la dana, “otra tragedia natural que dejó vidas ahogadas y hogares arrasados”. “En nuestras retinas quedaron prendidas las durísimas imágenes de unos sucesos que a todos nos tienen que hacer reflexionar y que no podemos dejar en el olvido”, dijo Santalices.

Por ello, expresó el agradecimiento colectivo a los voluntarios, miembros de los equipos de emergencias y de las fuerzas y cuerpos de seguridad que acudieron “a los lugares en los que el barro destruyó vidas, sueños y proyectos de todas las edades”. 

Para quienes desempeñan responsabilidades públicas, añadió, “la recuperación de la normalidad y la reconstrucción” para que las víctimas “sientan la protección real y efectiva de las administraciones” debe de “ser una obligación”.

Ucrania y Oriente Medio

Más a gran escala, Miguel Santalices lamentó ante el Apóstol el llegar a estas fechas “sin que se apague el ruido de las guerras que despojan a las familias de sus seres queridos y destruyen sus hogares”. “Siguen siendo muchas, demasiadas a la vista de cualquiera, las personas que se ven obligadas a huir del terror que invade los países como Ucrania u Oriente medio, en los que la paz por la que rogamos se convierte, por desgracia, en una suerte de utopía”, subrayó el presidente del Parlamento gallego.

Por ello, pidió al Apóstol “paz y por la paz” en todos los territorios del mundo, así como “paz también en los hogares y en las familias, desterrando de una vez y para siempre otra de las lacras de nuestro tiempo: la violencia de género, tan repugnante como devastadora”. 

Durante su ofrenda, el delegado regio hizo una alabanza a la Catedral de Santiago, el “mejor ejemplo del trabajo colectivo”, y a la peregrinación que vertebró durante siglos Europa, teniendo en cuenta, especialmente, el mundo actual de “cambios profundos y acelerados por la impaciencia que caracteriza al ser humano”. Frente a ello, dijo, “es importante que las administraciones y ciudadanos contribuyamos en beneficio de la solidez de todas las instituciones que garantizar la necesaria unidad e igualdad entre todos los territorios”.

Por ello, reivindicó el Estado del Bienestar y consideró que el servicio público “debe orientarse, siempre y por encima de cualquier objetivo, a la búsqueda del bien común, para seguir construyendo una sociedad de personas libres e iguales, en derechos y en deberes”, una sociedad en la que todos, “con independencia del territorio” en el que se resida tengan “garantizado el acceso a idénticos servicios públicos”.