Ovejas que balan en catalán
GALICIA
Ramón Piñeiro, de 39 años, trabajó durante 15 años como auxiliar administrativo en una empresa de Ourense. Tras cerrar ésta, el joven alaricano decidió apostar por el rural y actualmente cuenta con una explotación de ovejas ripollesas.
Ramón tenía, hace dos años, un trabajo rutinario, de oficina, en Ourense. Este alaricano de 39 años, natural de San Mamede, siempre tuvo claro, no obstante, que su proyecto de vida pasaría por instalarse en el rural, vivir y trabajar en libertad y ser su propio jefe.
Cuando a finales de 2019 se quedó en el paro después de 15 años trabajando como auxiliar administrativo -la empresa en la que estaba cerró sus puertas- lo tuvo claro: era el momento de apostar por lo que quería.
Cogió sus cosas y regresó a casa. Allí siempre había estado cerca de los animales y, concretamente, de las ovejas -su familia llegó a tener un pequeño rebaño de unas 70 ovejas-. "Recordo estar con ovellas dende os oito anos, sempre me gustaron", asegura. Retomó el contacto con ellas en O Rexo de Allariz, en donde trabajó una temporada y, poco tiempo después, se convirtió en ganadero autónomo. Entró, eso sí, por la puerta grande: con 300 cabezas de la raza de oveja ripollesa, actualmente en peligro de extinción -se diferencia de la autóctona gallega, principalmente, en las condiciones físicas, pues tiene pintas negras en patas y cabeza-. "Cando comecei a traballar no Rexo coñecín a Josep, 'Pitu', e me comentou, logo de ser coñecedor de que eu estaba interesado en ter a miña propia explotación, que en La Garriga, en Cataluña había un rebaño moi bo ao que lle faltaba o pastor", recuerda Ramón. Las ovejas eran selectas y se encontraban inscritas en la Asociación Nacional de Criadores de Raza Ripollesa -Ancri-, de ámbito catalán. "O dono tiña outras empresas e os fillos non estaban interesados, a priori, en seguir esta profesión. Vin a oportunidade. Falei con el e cheguei a un acordo", relata el joven ganadero. "Aconselláronme que comezara pouco a pouco, cun rebaño de 50 cabezas, por exemplo, pero así comecei", añade entre risas. Para transportar, desde Cataluña, a las 300 ovejas, Ramón tuvo que contratar los servicios de un transportista especializado y, desde hace unos siete meses, se dedica a cuidar de su rebaño con la ayuda, eso sí, de toda su familia. Asegura que es una profesión sobre la que cada día aprende algo nuevo y, a pesar del frío o del calor que se pueda padecer a la intemperie, es feliz viviendo en libertad. "Solicitei a axuda para incorporación ao sector que che dan por ser menor de 40 anos e, actualmente, tamén estou realizando un curso sobre Capacitación Agraria", explicó el ganadero alaricano.
reactivación de la zona
La decisión de Ramón de incorporarse a la actividad ganadera en San Mamede ha tenido, sin duda, consecuencias muy positivas para este entorno rural en el que viven, habitualmente, unos 60 vecinos y también para el pueblo vecino de Forxás das Viñas. Por un lado, el ganadero ha encontrado acomodo para su rebaño en una nave de la zona con más de 30 años de inactividad y que, antiguamente, se dedicó a la cría de gallinas. "Esto non tiña actividade dende fai moito tempo. A nave é dun veciño que vive en Ourense e que se dedica ao transporte", puntualiza Ramón. "Fixen un contrato con el e adecenteino todo o posible por dentro, e tamén por fóra", añade.
Por otro lado, los vecinos de la zona, a los que el ganadero les está muy agradecido -también al Concello de Allariz que le apoyó al inicio de su aventura- le ceden sus predios diariamente para el pastoreo de los 300 ejemplares, al tiempo que éstos actúan como desbrozadores naturales y mantienen limpio todo el entorno. "Estanse portando moi ben conmigo, tanto no propio pobo, como no que está ao lado, Forxás das Viñas. Me están cedendo as súas propiedades para pastar, deste xeito eles tamén teñen todo limpo, como se pode ver", cuenta. Actualmente, Ramón cuida de su rebaño -las ripollesas se adaptaron muy bien a las condiciones climáticas alaricanas- con el objetivo de producir carne y con periodos que requieren más dedicación. "Levántome á mañá e xa veño para ver se todo está en orde", reconoce. "Cando é época de nacementos, como aconteceu en setembro e outubro, si que hai que estar moi pendente dos partos. Atender que, tanto o cordeiro como a ovella se atopen ben, e darlles herba seca ao resto antes de sair ao monte", añade.
planes de futuro
Ramón trabaja, directamente, con un intermediario que se dedica a la venta de carne, aunque en un futuro le gustaría poder comercializarla por su cuenta. Tampoco descarta producir leche, en un futuro, para obtener más beneficio. "A xente ao principio me decía que estaba tolo por ter decidido adicarme a isto, pero eu estou moi contento".n
Contenido patrocinado
También te puede interesar