El nacionalismo sella su reconciliación antes de las elecciones del 18F

“Escenificamos ese compromiso con un país que quiere ponerse en valor, defender sus potencialidades y apostar por el futuro”, dijo el portavoz nacional de Anova, Martiño Noriega, sentado junto a Ana Pontón, la líder del Bloque, en un hotel de Compostela donde se firmó un acuerdo entre ambas formaciones que empezó a desarrollarse ayer. Noriega dijo formar parte de un “momento generacional” por el que se siente “corresponsabilizado” a reorientar la situación 12 años después de Amio, cuando la corriente encabezada por Beiras (presente en el acto) decidió abandonar el Bloque. Es tiempo de “cicatrizar heridas”, “entender el momento” y lo que está “en juego en los próximos años”, concluyó Noriega.

Después habló Pontón, que pidió “reforzar el espacio de las fuerzas políticas propias” con el fin de derrotar las “nefastas políticas del Partido Popular”. Y mostró su satisfacción por la capacidad de diálogo de Anova y porque supiese interpretar cuál es “la principal necesidad política” de Galicia en esta cita con las urnas “trascendental” e “histórica” en la que el nacionalismo “tiene por primera vez” la posibilidad de presidir la Xunta.

Dijo además que la reconciliación no es ni “un acuerdo de puestos ni de reparto del poder” si no que se trata de “un acto de responsabilidad con el conjunto de la ciudadanía” que pretende “agitar” y “unir” el voto en torno al BNG. E insistió en su agradecimiento a Anova por “poner por delante los intereses de Galicia” y “apoyar públicamente” su candidatura a la Presidencia de la Xunta. “Con este acuerdo tenemos más fuerzas”, declaró.

Incluso Martiño Noriega se ofreció a participar en la campaña, “pero siempre entendiendo que es del BNG”, quien tiene la “responsabilidad y posibilidad” para liderar el cambio, dijo el exalcalde de Compostela. Tras la firma del acuerdo, Xosé Manuel Beiras abrazó a Ana Pontón.