Los incendios de la provincia de Ourense presentan un impacto ecológico menos grave de lo esperado

Cristina Fernández, investigadora del CSIC, habla de una afectación menor de la esperada por los incendios forestales en Ourense: “La vegetación tiene fundamentalmente una afectación baja o moderada”

Consecuencias del incendio originado en Oímbra la semana pasada
Consecuencias del incendio originado en Oímbra la semana pasada | Miguel Ángel

Tras una semana crítica en la lucha contra los incendios, parece que por fin se puede ver una cierta luz al final del túnel. La Aemet ha dado por finalizada la ola de calor después de dieciséis días, lo que la convierte en la tercera mayor de la historia. Este martes, en la capital provincial se registraba una temperatura máxima de 29 grados y, según Meteogalicia, la calidad del aire ha mejorado hasta el punto de que todas las estaciones gallegas presentan un dato bueno o favorable.

El impacto ecológico de esta ola de incendios, la más virulenta de la historia de la provincia, es muy importante. Con todo, los datos parecen indicar que será menor de lo esperado a tenor de la gravedad de los récords superados y de las dramáticas situaciones que se han vivido durante los últimos días.

Así lo afirma la investigadora del CSIC Cristina Fernández, una profesional con más de 30 años de experiencia en materia forestal. “Dentro de la magnitud de los fuegos, que es enorme, a través de los datos que podemos ver en el satélite, observamos que la vegetación tiene fundamentalmente una afectación baja o moderada”. Aunque matiza que, en incendios de tanta magnitud, un pequeño porcentaje representa mucho terreno. A pesar de esto, indica que “la extensión de un incendio es solamente uno de los factores a tener en cuenta, pero en muchas ocasiones no es el más importante”.

Por otro lado, Fernández asegura que estos datos todavía son preliminares debido a que, por motivos evidentes, todavía no han podido revisar el terreno. Así, elementos como la afectación a la fauna o el suelo no se han podido comprobar todavía, aunque respecto a este último también hay razones para pensar que los resultados no sean catastróficos: “El suelo es un mal conductor del calor. Cuando los incendios son muy voraces, como en esta ocasión, no suelen afectarlo porque el calor no permanece mucho en el mismo lugar. Se necesita un efecto similar al de un brasero”, ejemplifica la investigadora.

El tiempo de recuperación de la flora varía dependiendo de la afectación y del tipo de vegetación. Fernández indica que un matorral en cinco años puede estar totalmente recuperado, pero en el caso de la superficie arbolada el tiempo aumenta exponencialmente: “Por ejemplo, un pinar adulto tarda alrededor de 20 años en volver”, explica. Además, el gran problema en este caso son las superficies que vuelven a ser incendiadas en varias ocasiones, perdiendo todo el progreso de las repoblaciones. En todo caso, afirma que en toda su carrera nunca ha visto zonas irrecuperables en Galicia. “Los problemas pueden retrasar, pero nunca es definitivo”, sostiene.

Carmen García, de la Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (ADEGA), tiene una visión más pesimista: “Vai haber máis lumes. Este ano é devastador. A natureza sempre se recupera, pero ata que punto e canto tarda se os incendios son recorrentes?”, se pregunta.

Por otro lado, a pesar de que todavía no hay datos oficiales publicados, todo parece indicar que el monte comunal ourensano está recibiendo un duro golpe en esta ola de incendios. La provincia tiene una superficie aproximada de 727.300 hectáreas, de las cuales 575.264 son forestales, según el Inventario Forestal Nacional elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, es decir, que el 80% de la provincia es superficie arbolada. De estas, el 48,1% del terreno está en régimen vecinal en mano común, lo que implica más de un tercio de todo el territorio de la provincia, aunque parte de estos montes están inutilizados.

Faustino Domínguez, presidente de la comunidad de montes de Cualedro, cifra en “más de 2.000 hectáreas” la cantidad de monte comunal quemado solamente en su concello: “Ardió todo”, se lamenta. Además, recalca la ausencia de medios y que tuvieron que salvar casas y las cabezas de ganado de una explotación que poseen por sus propios medios.

Contenido patrocinado

stats