4.600 hectáreas quemadas en Galicia, la mayoría en Lugo y Valdeorras

El fuego volvió a azotar en la jornada de ayer el interior de Galicia. Si al final de la mañana el conselleiro do Medio Rural de la Xunta, José González, comentaba que era "un día para la esperanza" al estar perimetrados los incendios, las condiciones climáticas desbocaron el avance de las llamas, que acabaron quemando por lo menos 6.360 hectáreas, casi el doble respecto al inicio del fin de semana, cuando ardían 3.530.

En algunos sitios, la propagación del fuego se convirtió en imparable. Así sucedió con el incendio de Riodolas, una parroquia de Carballeda de Valdeorras (Ourense), que ayer se daba por controlado tras arrasar 1.100 hectáreas después de dos días. El viento, según indicaron desde Medio Rural, reactivó unas llamas que comenzaron a acercarse a la parroquia de Candeda ante el pavor de sus vecinos. La Xunta declaró la situación 2 por la proximidad a las viviendas -un par de ellas acabaron calcinadas- mientras informaba de que el fuego había afectado a una motobomba y un bulldozer, sin daños personales.

Al cierre de esta edición el incendio había reducido a cenizas 2.400 hectáreas. Tal era la gravedad que los servicios de emergencia se vieron obligados a evacuar Candeda, además de las aldeas de Alixo, Millarouso y Santurxo. Un brigadista resultó herido en la lucha contra el fuego, que comenzó a acercarse peligrosamente a la parroquia de Viloira, ya en pleno casco urbano de O Barco de Valdeorras. Las autoridades aconsejaban a los residentes de dicha parroquia que trataran de alejarse. Agentes de la Guardia Civil también combatían las llamas en Coedo, donde fue cortada la N-536. Según avanzaba la tarde y se acercaba el crepúsculo, muchos barquenses contemplaban con estupor cómo las llamas asediaban la localidad, mientras se hacían eco de ello en las redes sociales; a pesar de que en algunas zonas las antenas telefónicas sucumbieron al fuego.

A última hora de ayer luchaban contra las llamas 7 técnicos, 27 agentes, 63 brigadas, 31 motobombas, 3 palas, 7 aviones y 7 helicópteros; y había sido solicitado el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

O Invernadoiro

En Vilariño de Conso (Ourense) un incendio activo había quemado ya al menos 200 hectáreas en la parroquia de Pradoalbar, y entró en el Parque Natural de O Invernadoiro.

Folgoso do Courel (Lugo) tenía tres fuegos activos también en situación de riesgo para núcleos poblados. Los datos aportados ayer por la consellería al cierre de esta edición contabilizaban uno en Vilamor cercano al núcleo de Parada de Montes, con 1.000 hectáreas; otro también en Vilamor con 300 hectáreas; y un tercero en Seceda, con 1.100 hectáreas. En las últimas horas de la jornada, un incendio que llegó de Portugal a Oímbra (Ourense) y su proximidad a los núcleos de Videferre y San Cibrao llevaron a activar también la situación dos. Y también existía riesgo para núcleos en otro incendio en A Pobra de Brollón (Lugo), parroquia de Saa, donde afectaba a unas 670 hectáreas y permanece activo.

El municipio de Quiroga (Lugo) sufrió otros tres incendios, pero solo uno permanecía activo desde el viernes, con 90 hectáreas afectadas. Están controlados desde la pasada noche un fuego localizado en la parroquia de Outeiro que afectaba a una superficie de 250 hectáreas y otro en la parroquia de Nocedo, que quemaba 15 hectáreas, una superficie corregida tras una estimación superior durante el sábado. También en Rodeiro (Pontevedra) estaba bajo control un fuego que había empezado en la parroquia de Guillar el jueves y que calcinó 200 hectáreas.

Otros dos empezaron a mediodía en Palas de Rei (Lugo), parroquia de Ramil, y Antas de Ulla (Lugo), ambos con unas 20 hectáreas.