Los incendios arrasaron más monte en solo dos semanas que en toda la década

La oleada incendiaria en la provincia de Ourense deja más de 90.000 hectáreas ardidas en poco más de dos semanas y, según los datos satelitales de fuentes especializadas, provoca que en lo que va de 2025 ya hayan ardido más de 96.000 en toda la provincia, más que en los 10 años anteriores, lo cual da dimensión de la catástrofe registrada este verano.

Según los datos de Medio Rural -que solo informa de incendios de más de 20 hectáreas- solo en estas dos semanas de agosto se habrían calcinado 89.818 hectáreas, lo que unidas a otras 872,8, harían un total de 90.691 a lo largo de 2025. Otras fuentes especializadas, como forestry.es, elevan a 96.779 hectáreas la superficie calcinada solo en grandes incendios, lo cual, si se sumasen los fuegos más pequeños, podrían permitir concluir que ya se habría sobrepasado el umbral de las 100.000 hectáreas calcinadas, una parte muy importante de las 344.000 del conjunto de España.

La situación ha mejorado, pero la provincia continúa en situación 2, porque sigue habiendo focos preocupantes. Como el que asola Pena Trevinca, en concreto a la aldea de Casaio (Carballeda de Valdeorras), y que ya superó las 4.400 hectáreas quemadas. El fuego de Valdeorras sigue estabilizado tras quemar más de 30.000, y el de Chandrexa-Vilariño seguía activo solo en ese último municipio, estando los focos del primero ya estabilizados. También se dio por controlado ayer el fuego de Os Peares, en la parte lucense de Carballedo, que arrasaron 100 hectáreas. Sin embargo, se activó otro fuego, en la parroquia de Santa María de Nieva (Avión), en el núcleo de A Mota, que al cierre de esta edición estaba fuera de control y había arrasado ya 20 hectáreas. Así, la cifra de incendios activos en la provincia sigue en tres.

Pena Trevinca seguía siendo el punto más crítico. Vecinos de la aldea de Casaio, en Carballeda de Valdeorras permanecían ayer -y ya van seis días- organizados frente al incendio que cruzó la frontera gallega con Zamora desde Porto, en Sanabria, donde se originó el fuego el 14 de agosto.

Casaio, el alerta

Al cierre de esta edición, vigilaban la zona del río San Xil, ya que si consigue sortearlo, el fuego podría cruzar a la aldea de Casaio tras escalar una ladera. “Llevamos todo el día mirando que no lo pase”, señalaba uno de los vecinos de Casaio, Pedro Domínguez.

El fuego que se dirige hacia Casaio cogió “mucha fuerza” en la tarde del sábado. “Por la tarde se desmadró. El frente que venía hacia Casaio, en el Pico Maluro --en la zona que divide los municipio de A Veiga y Carballeda--, de nuestro lado cogió mucha fuerza por la tarde y abrió un frente muy grande”, relata.

Esto generó “preocupación” en la aldea, que ha ido escalando a lo largo de la semana. “Se sentía mucha gente más allá de la medianoche en la plaza hablando. La gente está nerviosa”, describe.

Cuadrillas de vecinos se desplazaron ayer por la tarde al entorno del río San Xil. “Estuvieron intentando hacer algo, pero por tierra es un poco complicado”, apuntaba Domínguez. Allí había, además, hasta que cayó la noche, dos helicópteros descargando.

“Llevamos todo el día mirando que no pase el río”, explicaba este vecino. Esta vigilancia ha llevado a que haya “gente preparada” en unas pistas en dirección a la aldea”. Domínguez subrayaba la presencia “bastantes medios”, como un bulldozer, una brigada aerotransportada y una brigada de tierra, así como el apoyo de alrededor de 30 y 40 vecinos.