Los incendios arrasan la provincia: aldeas y vidas quedan destrozadas
El Seprona detuvo a un vecino de Oímbra por provocar con un tractor el fuego que lesionó gravemente a tres brigadistas
Caos, desesperación, impotencia y lágrimas. La provincia sigue sumida en un infierno y los ourensanos siguen sin ver la luz en una de las olas incendiarias más destructivas que se recuerdan en el territorio.
Después de casi una semana del inicio de esta plaga, los fuegos se han llevado por delante casi hectáreas. Hasta la noche de ayer continuaban activos los destructivos incendios iniciados en Chandrexa de Queixa, Maceda, Oímbra y A Mezquita, que aumentaron en 15.000 hectáreas en tan solo 24 horas.
El incendio declarado el pasado martes al mediodía en la parroquia de A Granxa (Oímbra), y que ya arrasó más de 6.000 hectáreas, ya tiene presunto autor. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil detuvo a un vecino de A Gudiña de 46 años. Supuestamente, provocó el fuego, con dos focos, por una imprudencia grave cuando realizaba labores agrícolas: el desbroce con un tractor pese a que el índice de riesgo de incendio (IRI) era extremo.
Se le atribuyen dos delitos de incendio forestal por imprudencia grave y tres delitos más de lesiones, ya que en ese fuego resultaron heridos por quemaduras los tres brigadistas que tuvieron que ser evacuados a la Unidad de Quemados del CHUAC de A Coruña. Uno de ellos, de 18 años, permanece grave, con el 40% del cuerpo quemado, mientras que los otros dos compañeros evolucionan favorablemente. El presunto incendiario pasará a disposición del Tribunal de Instancia de Verín.
Aldeas rotas
Viviendas calcinadas, aldeas arrasadas, granjas destruidas, y vidas truncadas son las principales consecuencias que deja esta catástrofe. Muchas personas, dedicadas al sector primario, han perdido su principal sustento y medio de vida por culpa de estos incendios.
Muchos ya han visto su integridad en grave peligro, especialmente por problemas derivados por el humo, que afectan sobre todo a vecinos de la comarca de Monterrei, una de las zonas más afectadas.
La aldea de A Caridade (Monterrei) es una de las principales damnificadas de esta pesadilla. En la localidad ardieron una veintena de casas, dos de ellas habitadas.
Los medios de extinción siguen luchando sin descanso para que la situación se complique en la menor medida posible. “Es una salvajada”, expresan algunos. Los refuerzos continúan llegando, sumando ayer dos nuevos aviones, procedentes de Francia, tras la petición de ayuda, por parte del Estado, a la Unión Europea.
Peligrosa calidad del aire
Después de tantas hectáreas calcinadas, el humo cubre densamente la provincia, poniendo en peligro la salud de la población. Es imprescindible seguir las recomendaciones sanitarias, que indican, especialmente a las personas con problemas respiratorios, evitar cualquier contacto con el humo.
Un neumólogo del CHUO, Hugo Gómez, aconseja “quedarse en casa, sellar puertas y ventas, hacer uso de los dispositivos de aire acondicionado, si se tienen, y una adecuada hidratación”, además de limitar el deporte en el exterior.
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