Carlos San Basilio Pardo: “Una motivación fuerte para mi carrera es el servicio público”
Entrevista
"Cuando hablamos de inversores no hay que pensar en grandes fortunas, hay un elevadísimo número de minoristas, se calcula que solo en fondos de inversión hay más de 12 millones", asegura el presidente de la CNMV
Este lucense, que cuando dirigía el Tesoro en la pandemia fue clave en diseñar medidas para proteger a pymes y ciudadanos con hipotecas, se estrena al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Tomó posesión la semana pasada como presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ¿qué retos afronta?
La CNMV tiene que afrontar dos retos principales. Uno está orientado a la protección del inversor que es el núcleo de nuestra actividad, asegurarnos de que cuando adquiere valores en los mercados lo hace en plenas condiciones de transparencia y seguridad y en pleno cumplimiento de la legalidad. Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero la tecnología va siempre un paso por delante. Además hay que definir todavía un marco claro para la supervisión y protección de los inversores en nuevos instrumentos como los criptoactivos. El otro reto es mejorar las condiciones en las que los emisores pueden obtener financiación en los mercados para desarrollar sus proyectos de crecimiento y transformación. Emisores como por ejemplo las empresas gallegas Inditex, Adolfo Domínguez o Ecoener. Las economías y las empresas tienen que afrontar desafíos muy significativos relacionados con la sostenibilidad, la digitalización, la creciente competencia... Para eso hacen falta inversiones y los mercados de valores deben ser una opción preferente, al ser los que mejor se adecúan a las necesidades de estas grandes empresas cuando se trata por ejemplo de aumentar su base de capital. A esos dos retos nos enfrentamos partiendo de una base sólida.
Alude a los criptoactivos que están al orden del día.
El régimen supervisor de criptoactivos es todavía muy incipiente y no incluye, para hacer frente a los crecientes riesgos que suponen, las herramientas de protección del inversor comparables a los fondos de inversión, acciones o bonos. Por ejemplo no se beneficia del fondo de garantía que permite compensar con hasta 100.000 euros en caso de quiebra o estafa de la entidad que le presta los servicios.
¿Qué trascendencia tiene la CNMV en el sistema financiero español?
Es el organismo supervisor para asegurar la transparencia y la seguridad en las transacciones en los mercados de valores en beneficio de inversores y de emisores. Cuando hablamos de inversores no hay que pensar en grandes fortunas, hay un elevadísimo número de minoristas, se calcula que solo en fondos de inversión hay más de 12 millones. Desde la Comisión garantizamos que la información de sus operaciones sea correcta, que sean plenamente conscientes del riesgo que asumen y que este esté limitado. Cuanto más arriesgada sea la inversión, más mecanismos adicionales de control establecemos. Y vigilamos que las entidades emisoras ofrezcan información veraz, que operen con la transparencia necesaria... Y lo que también tenemos que hacer es conseguir que la operativa en el mercado de valores sea beneficiosa para las dos partes, que los inversores obtengan rentabilidad y que los costes de financiación para los emisores sean más favorables que los que podrían conseguir por otras vías alternativas.
Lleva 30 años en cargos de responsabilidad. Le tocó vivir la pandemia del covid como secretario general del Tesoro. ¿Cómo recuerda aquella emergencia sanitaria que provocó una crisis económica?
Fue una pesadilla desde el punto de vista social y sanitario y un reto tremendo desde el profesional porque en condiciones precarias, con gran parte de los equipos confinados en sus casas, pusimos en marcha medidas excepcionales en tiempo récord en el área financiera que dirigía. La protección por ejemplo de las pymes se hizo con los créditos avalados por el Ico, más de un millón en unas semanas para atender las necesidades urgentes de liquidez de muchas empresas totalmente viables que debido al confinamiento vieron interrumpidos sus flujos de ingresos. España fue el primer país que puso en marcha una plataforma para que desde las pymes hasta las grandes empresas se beneficiaran de los créditos de forma masiva donde el Estado asumía riesgos del 80 al 90%. El otro gran reto que tuvimos en mi área era la protección de los ciudadanos con hipoteca y que estaban en situación de vulnerabilidad porque sus fuentes de ingresos se habían interrumpido y tenían que hacer frente a los pagos. También en tiempo récord, con la cooperación de los bancos, declaramos una moratoria en el cobro de los cargos mensuales para las hipotecas. Es un recuerdo de lo complicado e importante que fue poner en marcha esas operaciones en las que como secretario general del Tesoro estuve muy implicado, siempre bajo la dirección de la ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño.
Antes había sido director general del Tesoro cuando era ministro Luis de Guindos. Ocupó por tanto altos cargos tanto con PSOE como con PP. Cuando se propuso su nombre para presidir la CNMV, ambos coincidieron en el Congreso de los Diputados en su idoneidad. ¿Cómo consigue ponerlos de acuerdo?
El área financiera e internacional en la que me he especializado es muy técnica. Yo creo que lo que se valora fundamentalmente es mi capacidad técnica durante todos estos años para gestionar situaciones complicadas, independientemente de quién estuviera en el Gobierno. Trabajé con muy buenos resultados en la etapa de Nadia Calviño, en la pandemia, y también lo hice en la de Luis de Guindos, cuando todavía estábamos saliendo de los últimos coletazos de la crisis financiera de 2008.
¿A qué se deben sus raíces lucenses?
Mi nacimiento en Lugo fue totalmente buscado porque mi madre y su familia era de allí. Mi madre, a la que todo el mundo conocía como Carmiña, ejercía de gallega y tenía mucha ilusión de que su primogénito naciera en Lugo porque en esa época mis padres ya vivían en Madrid. Se fue a Lugo en los últimos meses del embarazo para estar acompañada por mi abuela, Ana María Mújica —mi abuelo, José Benito Pardo, había fallecido—. Los primeros años, sobre todo mientras vivía mi abuela y mi tía Ana Mari, íbamos en Navidad, Semana Santa, verano y algún puente, a pesar de lo que suponía en esa época el viaje y atravesar el puerto de Pedrafita con niños pequeños y el coche cargado.
¿Qué recuerda de su infancia?
Lugo me aportaba algo muy diferente a Madrid. La muralla, la catedral..., en fin muchas cosas que me han quedado marcadas durante toda la vida. La casa de mi familia estaba muy céntrica, en la Rúa Nova. Íbamos andando a todas partes. Teníamos al lado el Cantón, el Parque, la calle de las Dulcerías... A mis hermanos y a mí nos llamaba mucho la atención que cuando íbamos con mi abuela y mi madre era imposible dar dos pasos sin encontrarnos con alguien conocido y nos parábamos a charlar. Esa proximidad con todo el mundo era algo muy diferente de lo que yo vivía en Madrid. También teníamos familia en Covas en verano y mi tía Culula tenía una casa en los alrededores de Lugo con establo con vacas, lo que en Madrid era impensable.
Además de visitar a su familia (es sobrino de la cantante Paloma San Basilio) y amigos, ¿qué le gusta hacer cuando viene a Lugo?
Siempre que voy a Lugo tengo que dar una vuelta a la muralla, callejear, ir a los vinos... Hay cosas que he hecho durante muchos años, además de porque me gustan, porque tienen un valor sentimental. He conseguido trasladar a mis cuatro hijas el amor por Lugo. En los últimos años falté porque vivía en Londres [fue director de Estrategia Corporativa del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo], pero soy un incondicional de ir a las casetas de San Froilán a comer el pulpo con mis primos, mis tías...
¿Qué aficiones tiene?
Son bastante convencionales. La primera es disfrutar con la familia y los buenos amigos que tengo desde mi más tierna infancia. Estoy casado desde hace ya 34 años, tengo cuatro hijas y voy a tener un nieto. Mi núcleo familiar es mi ancla fundamental. Con mi familia y amigos hago mucho deporte, desde correr hasta montar en bici o esquiar. También me gusta mucho la lectura y el cine.
¿Está de enhorabuena porque su Atlético va líder de la Liga?
Soy muy del Atleti. Es heredado porque mi padre lo era y los tres hermanos somos atléticos. Jugué muchísimo al fútbol, pero ya lo dejé. Al campo voy de vez en cuando. Fui socio. Pero en estos últimos años en Londres he ido poquísimo. Cuando estoy en Madrid, algún miércoles me escapo al Metropolitano a partidos de la Champions. Ahora vamos a disfrutar del momento mientras sigamos primeros en la Liga.
Ser del Atleti no impidió que el ministro Carlos Cuerpo, que es del Real Madrid, le propusiese para el cargo.
Afortunadamente, espero que el equipo del que soy no fuera uno de los criterios ni a favor ni en contra. El ministro Cuerpo es del Real Madrid, Luis de Guindos del Atleti, Nadia Calviño supongo que de algún equipo gallego porque nació allí... hemos tenido de todo.
¿Es cholista?
Soy razonablemente cholista, pero mi ídolo del Atleti de toda la vida ha sido y será Gárate.
Mójese, ¿quién ganará la Liga y la Champions?
No solo la Liga y la Champions, creo que incluso la Copa puede caer. A diferencia del partido a partido, si no los tres por lo menos uno o dos de los títulos nos los llevamos.
¿Es tan optimista con la economía española?
Hay motivos de optimismo y confianza como reflejan los mercados de valores y los inversores no residentes, sobre todo en un entorno muy complicado. No hay más que ver cómo están el resto de las grandes economías europeas.
Estudió Ciencias Económicas y Empresariales en la Autónoma de Madrid y después cursó un máster en Administración Pública en Harvard. ¿Por qué optó por esta carrera?
En gran parte influyeron mis padres, que estudiaron Económicas y que me animaron a presentarme a las oposiciones.
Su carrera ha discurrido casi siempre en la función pública desde que ingresó por oposición en 1990 en el cuerpo superior de técnicos comerciales y economistas del Estado. ¿No le ha tentado la iniciativa privada?
En tantos años de actividad profesional sí me tentaron de la iniciativa privada y sí cedí a la tentación en un momento. En 2002 me fui primero a un banco español durante dos años y medio y luego seis a una empresa italiana que gestionaba mercado de deuda pública en toda Europa, donde tuve precisamente mis primeros contactos en profundidad con la CNMV. Fue una experiencia enriquecedora, pero desde que aprobé la oposición siempre he tenido claro que una motivación fuerte para mi carrera es el servicio público, la posibilidad de participar en proyectos transformadores de la sociedad de mi país. Y con un gran nivel de responsabilidad y en entornos internacionales financieros que me han interesado mucho para mi desarrollo profesional, la Unión Europea en Bruselas o en Washington el Banco Mundial, el Fondo Monetario... Ahora todo esto se ha alineado con la CNMV.
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