El BNG y el PSdeG abogan por reformar el Estatuto de 1981
La oposición reclama un nuevo marco con “mayor poder político y económico para Galicia”
La conmemoración del 86 aniversario de la aprobación por plebiscito del Estatuto de Autonomía de Galicia del año 1936 reavivó el debate político sobe la actualización y reforma del actual, en vigor desde 1981. A las puertas de la efeméride, que se celebra hoy, el BNG avanzó que registrará la activación del proceso recogido en el Estatuto para su reforma con el objetivo de dotar a Galicia de un nuevo marco que la reconozca como nación y le otorgue “más poder político y económico”.
El mensaje fue lanzado por la portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón, ayer a las puertas de la Facultade de Medicina de Santiago, lugar en el que se aprobó el documento definitivo que fue sometido a plebiscito en junio del 36, aunque la sublevación militar menos de un mes después truncó su desarrollo.
El Estatuto del 36 también fue conmemorado por el PSdeG en otro acto en Santiago, en este caso, celebrado en el Panteón dos Galegos Ilustres, donde descansan, entre otros, los restos de Castelao, uno de los impulsores políticos del marco de autonomía para Galicia de comienzos del siglo XX.
Antes, en declaraciones a los medios en una convocatoria previa, el portavoz de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, expresó la necesidad de actualizar el marco estatutario para adaptarlo a las necesidades de la Galicia actual.
Por su parte, el viceportavoz parlamentario del PP, Alberto Pazos Couñago, abrió a participar la puerta a participar de una “reflexión” sobre el Estatuto, aunque mostrósus dudas sobre la posibilidad de alcanzar “consensos” similares a los que, según el popular, hubo para sacar adelante el texto de 1981.
Activación artículo 56
Así las cosas, el Bloque registrará la activación del artículo 56 del Estatuto de Autonomía, que recoge la posibilidad de que el Parlamento impulse el proceso para su reforma siempre que exista el apoyo de una quinta parte de sus miembros, umbral que supera la formación frentista con sus 19 parlamentarios en la presente legislatura. Con todo, la aprobación del nuevo marco estatutario requiere que voten a favor dos tercios de la Cámara de la propuesta de ley orgánica, que debería pasar por las Cortes antes de ser sometida a referéndum.
La meta del BNG, en palabras de su líder, es dotar a Galicia de un autogobierno que rompa con “el centralismo” y “la dependencia” de las decisiones adoptadas en Madrid a través de un marco que le brinde “más poder político y económico”. “No tenemos miedo a tener más poder político porque cuando deciden desde Madrid, muchas veces deciden contra nosotros”, aseveró.
Por su parte, adaptar el Estatuto “a la Galicia del siglo XXI” es el objetivo que se pone el PSdeG. Su líder, Valentín González Formoso, explicó ayer el ánimo del partido a reformular el marco estatutario frente a la tumba de Castelao, en la iglesia de San Domingos de Bonaval. Allí, arropado por parlamentarios y cargos de la organización, Formoso demandó la apertura de una mesa de diálogo para reformular el documento.
El PP no se cierra, pero pone en duda que se llegue a un consenso
Ante la demanda explicitada por las dos fuerzas de la oposición parlamentaria, el grupo mayoritario en la Cámara gallega, el PPdeG, aseguró que no se cierra a “una reflexión” al respecto, pero puso en duda que haya el “consenso” preciso para debatir sobre una reforma del marco estatutario autonómico y ha incidido en que su prioridad ahora son los “acuciantes problemas” de las economías familiares.
En rueda de prensa, Alberto Pazos Couñago, viceportavoz popular, ironizó con que le “alegra” que el BNG “encuentre motivos para felicitar y celebrar la aprobación de un Estatuto”, en relación a la carta estatutaria del 36, y lamentó que los nacionalistas “se sumasen con menos entusiasmo” a la conmemoración del Estatuto vigente, que permitió “el mayor desarrollo de la autonomía de toda la historia de Galicia”.
El Estatuto que les gusta “celebrar” a los populares, dijo el dirigente popular, “ofreció frutos evidentes para el conjunto de la sociedad gallega y nació del consenso”. Por ello, los populares creen que “la cuestión no es si hay que modificar o no” esta norma, sino analizar “si existe el mismo consenso” que cuando salió adelante el Estatuto de Autonomía de 1981.
Pazos remarcó que, durante la etapa del bipartito al frente de la Xunta, hubo “una intentona fallida”, que atribuyó a “discrepancias de los dos grupos que ahora insisten en que hay que abordar esa materia”. “No sé si ya se han puesto de acuerdo, si lo hacen a lo mejor podemos estudiar una propuesta”, reflexionó.
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