Betanzos, sin mercado pero con súper
La Delegación del Gobierno en Galicia comunicó horas antes la suspensión de la feria que sí se pudo celebrar dos días antes
En los años 80, los mozos coruñeses tenían la costumbre de acabar la celebración de Nochevieja en el mercado de Betanzos. Mamados como es debido –la permisividad con el alcohol al volante estaba al nivel de la inconsciencia– y todavía disfrazados con lentejuelas y esmoquin, acudían en romería a rebajar el pedo con pulpo. El único cambio en el ropaje festivo era la zapatilla por el tacón porque también se estilaba comprar un lechón que acaban corriendo por la "Cidade dos Cabaleiros".
Los días 1 y 16 de cada mes y tres veces a la semana –martes, jueves y sábado– la plaza de los visionarios Hermanos García Naveira se llena de puestos en los que se pueden adquirir productos de la comarca antes de disfrutar de una tortilla irrepetible para los que disfruten del huevo sin cuajar. El rebullicio del mercado regresó el pasado martes, aunque a volumen bajo, tras el confinamiento decretado por el estado de alarma para frenar la pandemia de covid-19. Desde este lunes se pudieron recuperar los mercados tradicionales en virtud a un acuerdo entre la Consellería de Medio Rural y el Ministerio de Agricultura. Las imágenes de la reapertura poco tenían que ver con la feria de Año Nuevo o de un día habitual. Los seis metros entre puestos y un pasillo de cuatro para que la clientela pudiese circular sin riesgos se ajustaban a lo que el presidente Sánchez acuñó como "la nueva normalidad".
Esta ciudad medieval a 24 kilómetros de A Coruña es un buen sitio para visitar de vez en cuando, incluso para ir al mercado si hay ganas y tiempo. "Aprovecho para hacer el reportaje y traigo patatas, huevos y verdura", fueron las palabras que pronunció el periodista antes de poner un pie fuera de casa. Pero al llegar sobre las once y media de la mañana a la plaza de los Hermanos García Naveira, el chasco fue del tamaño del parque enciclopédico del Pasatiempo, impulsado por Juan en 1893 e inaugurado en 1914 con las maravillas del planeta labradas en piedra.
"Es una pena que no haya mercado, sobre todo por la gente que vive del campo", lamenta una vecina
En las calles aledañas los vecinos hacían cola para acceder a supermercados, farmacias y pequeños establecimientos que han regresado a la actividad. En el lugar que a esa hora tendría que congregar más personal sólo había espera para entrar en la sucursal de un banco. Las marcas pintadas en el suelo para señalizar la distancia de seguridad permitían apreciar que dos días antes se instalaron los vendedores. "No sé qué ha pasado, ha venido mucha gente preguntando, pero no hay mercado y eso que está marcada la separación de seguridad", comenta un operario municipal mientras vacía una papelera. "Quizá como el martes no hubo mucha clientela se ha anulado". "Dicen que se ha suspendido", repite una señora que ha estado atenta a la conversación. "No sé si el sábado, pero creo que la próxima semana ya lo hay", añade antes de continuar con el carrito.
La casa consistorial está cerrada. El sol del mediodía compensa los abrazos que ya no damos y en el paseo de la Tolerancia que discurre por la orilla del río Mandeo por el que remontan las barcas para celebrar en agosto la fiesta de Os Caneiros, un desfase de vino y merienda, tres mujeres pasean a los perros. "Con la ampliación del estado de alarma se ha suspendido el mercado. Es una pena, sobre todo por la gente que vive del campo", apunta la más resuelta.
Sinsentido
De nuevo en la plaza, una voluntaria de Protección Civil despeja las dudas: "El martes se celebró porque lo había autorizado la Xunta, pero ayer la Delegación del Gobierno envió un comunicado con la suspensión. A ver si se puede la próxima semana", explica con gesto de lamento.
Minutos después el sinsentido se padece en carne propia al multiplicarse el riesgo de contagio haciendo cola para comprar huevos, patatas y verdura en un supermercado. En Betanzos y en día de mercado. A la vuelta, en la programación local de la Ser habla la alcaldesa, la socialista María Barral: "La Delegación del Gobierno avisó de que no se puede celebrar hasta la siguiente fase y eso que el martes se hizo de manera fantástica, respetando la distancia tanto los vendedores como los compradores".
El Sindicato Labrego Galego y la Federación Rural Galega solicitan la dimisión del delegado del Gobierno
Por la tarde, poco antes de comenzar con el texto, un teletipo indica que el Sindicato Labrego Galego (SLG) y la Federación Rural Galega (Fruga) piden la dimisión del delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, por "prohibir la reactivación de los mercados alimentarios de proximidad y la celebración de ferias de productos agrícolas en pueblos como Carballo, Sada, Teo o Betanzos". Subrayan que en Euskadi, Navarra, Cataluña e Islas Baleares están permitidos. En el rural gallego hay que ir al súper.
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