Aumentan a 3.000 los bidones radiactivos frente a las costas

El robot submarino francés eleva el número de barriles que hay en la Fosa Atlántica de Galicia

El robot submarino Ulyx de la Flota Oceanográfica Francesa, que busca la presencia de bidones radiactivos.
El robot submarino Ulyx de la Flota Oceanográfica Francesa, que busca la presencia de bidones radiactivos.

La expedición oceanográfica francesa que tiene como objetivo evaluar el estado de la Fosa Atlántica frente a la costa de Galicia localizó ya más de 3.000 bidones radiactivos.

Según explicó —a través de la red social Bluesky— el director de la investigación, que se realiza a bordo del oceanográfico L’Atalante, Javier Escartín, el robot submarino UlyX detectó estos más de 3.000 barriles tras cartografiar con sónar un total de 140 kilómetros cuadrados a través de 15 inmersiones. Además, se realizó la extracción de sedimentos en 26 puntos y se encontraron ocho trampas para peces.

Buques holandeses, belgas y británicos descargaron desechos radiactivos en la Fosa Atlántica, en aguas internacionales, entre las décadas de los cuarenta y los ochenta del siglo XX.

Por su parte, el Consejo de Seguridad Nuclear aseguró a finales de junio que no se detectaron “niveles significativos” de radiactividad ni en la costa gallega ni en la cantábrica.

Solicitud de información

Al respecto, la Xunta reclamó información al Ejecutivo central sobre esta investigación. Mientras, el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, explicó que se está “en contacto permanente” con la expedición y se buscará una “solución” a los desechos, además de compartir con las comunidades los resultados que les traslade la investigación.

Greenpeace calcula que se depositaron unos 220.000 bidones con residuos radiactivos en la zona, en lo que califica como “punto con mayor cantidad de residuos radiactivos del planeta”, a unos 700 kilómetros de las costas gallegas.

Ahora, esta expedición del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (Centre national de la recherche scientifique) se encarga de la búsqueda, si bien la zona ya fue supervisada en 1983 por un submarino francés operado en remoto, el Epaulard.

No fue hasta 1982 cuando el buque Sirius de Greenpeace, junto a barcos gallegos, se enfrentaron a buques holandeses para que detuvieran sus descargas. Estima que la industria vertió 142.000 toneladas de basura nuclear. Tras la acción, el Gobierno holandés anunció la interrupción de los vertidos nucleares.

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