500 colmenas, viñas, castaños y pajares convertidos en ceniza
Galicia
Mientras los efectivos de extinción combatían las llamas, vecinos de Requiás (Muíños), A Granxa, Espiño y As Chas (Oímbra) hacían recuento de daños. El monte presentaba un aspecto desolador y entre las cenizas se podían apreciar colmenas carbonizadas, hasta 500 se contabilizaron en ambos municipios; castaños ardidos, rutas de bicicleta con las señales (son de madera) aún en llamas. En los pueblos de Oímbra, había ayer 220 efectivos de la UME, que se desplazaron en 48 vehículos. El vecindario pedía autorización y ayuda a los soldados para poder llegar hasta los viñedos, que ardieron en buena parte cuando quedan apenas días para la vendimia. Otros intentaban llegar a sus naves agrícolas y casas, a las que el fuego llegó hasta las mismas paredes. En el pueblo limítrofe de A Granxa ardieron dos perros y cientos de pacas de paja. Los dueños estaban en una romería en Portugal y los vecinos pudieron salvar el tractor. El fuego llegó de noche a A Granxa, tras desalojar el pueblo de Espiño. "Houbo moitas escenas de nerviosismo porque o lume estaba moi perto das casas", recordaba la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino. Pero suerte corrió una brigadista, que tuvo que ser atendida en el hospital a causa de las lesiones causadas por la descarga de agua desde un helicóptero. n
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