Sánchez y Feijóo se acusan de "enmudecer las Cortes" y "reducir a cenizas la democracia"

El presidente del Gobierno advierte al líder popular que el Parlamento va a hablar y lo hará "alto y claro"

Agencias

Publicado: 22 dic 2022 - 02:08 Actualizado: 22 dic 2022 - 10:23

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reprochó ayer a Alberto Núñez Feijóo que su única aportación a la política nacional en nueve meses fuese “enmudecer” a las Cortes Generales, una crítica ante la que el líder del PP le replicó que deje de “tomar el pelo” a los españoles.

Sánchez y Feijóo se enzarzaron en acusaciones mutuas en su cara a cara en la última sesión de control de este año del pleno del Senado y en medio de la polémica generada por la paralización por parte del Tribunal Constitucional de la reforma judicial que quería el Gobierno.

El jefe del Ejecutivo garantizó que, frente a las pretensiones del PP, el Parlamento va a hablar y lo va a hacer “claro y alto”. Feijóo le tendió la mano para dejar el independentismo y volver al “constitucionalismo”.

“Si quiere volver a lo que prometió, nos vamos a encontrar, porque prometió lo mismo en lo que yo creo”, afirmó para advertir a continuación de que “el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón del año 2019 no votaría al señor Pérez Sánchez-Castejón del año 2022”.

Un lapsus al citar por segunda vez sus apellidos ante el que el presidente del Gobierno broméo a la salida con los periodistas pidiéndoles que le digan al líder del PP cuáles son los correctos.

Sánchez insistió en su crítica a los populares de querer callar al Congreso y el Senado. Por ello lamentó que los poderes que “acompañan, arropan y dirigen” al PP consiguiesen el hito de quitarle al Parlamento las competencias que le atribuyó la Constitución y, dirigiéndose a Feijóo, repitió la acusación que horas antes lanzara al principal partido de la oposición ante el pleno del Congreso: “Han ido demasiado lejos”.

Más lejos aún, a su juicio, que Pablo Casado, algo que dijo que puede deberse a que Feijóo no quiere correr su misma suerte. Un hilo argumental de su intervención fue también el incumplimiento de la Constitución por parte del PP y su particular interpretación del texto, ya que cree que sólo está de acuerdo con agotar las legislaturas cuando es el partido que gobierna y considera que el mandato de los miembros del CGPJ y TC no caduca si no les interesa.

Para Sánchez, el problema del PP es que se están “desmoronando” todas sus estrategias, ya que hablaba primero de un “apocalipsis” económico, luego de bajar los impuestos, más tarde de que “España se rompe” y ahora echan mano de “la fábula del tirano” acusándole de que su única obsesión en instaurar la “república bolivariana” en España.

Feijóo argumentó que “nadie ha cuestionado la legitimidad” de la victoria electoral de Sánchez, pero sí lo que hace al incumplir promesas previas a las elecciones como no indultar a los condenados del procés, no hacer recaer la gobernabilidad en el independentismo, tipificar el referéndum ilegal o que los jueces elijan a los jueces.

El líder de la oposición ha pedido al jefe del Ejecutivo que “recapacite”, le avisó de que “los votantes del PSOE no le van a seguir” y volvió a reclamar un adelanto electoral: “Convoque usted unas elecciones y hablamos de verdad”.

Parafraseando el título del libro de Sánchez “Manual de resistencia”, Feijóo le acusó de estar perfeccionando su “manual de obediencia al independentismo” por el que primero dice que no a sus peticiones y finalmente las acepta mientras la bancada del PSOE aplaude lo uno y lo otro. Y preguntó por ello si Sánchez tiene ya “fecha” para celebrar una consulta en Cataluña como pide ERC y como, según el líder del PP, apoyan el PSC y algunos miembros del Gobierno.

Según Feijóo el Gobierno “en llamas” pisó “el acelerador de la degradación institucional” y le exigió que “no reduzca a cenizas la arquitectura constitucional y democrática”.

También vaticinó rebajas de penas a los corruptos con la modificación del delito de malversación a pesar de que el Gobierno lo niegue al igual que ocurrió con la ley del solo sí es sí.

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