La gallega Matilde Muñoz fue asfixiada y golpeada antes de ser enterrada en Indonesia

La autopsia practicada al cuerpo de Matilde Muñoz, la ciudadana española de 72 años desaparecida en Lombok el 2 de julio, ha confirmado que la causa de la muerte fue asfixia, además de golpes contundentes en la cabeza, cuello y pecho.

El informe forense, de etiología violenta, fue difundido por medios locales como "Indonesia Satu", citando al jefe de la Unidad de Investigación Criminal de la Policía de Lombok Occidental, AKP Lalu Eka Arya Mardiwinata.

El cadáver fue hallado enterrado boca abajo en una playa de Dusun Loco, en Senggigi, con parte de su ropa y joyas, incluyendo dos collares con colgantes de caracol y una figura de Buda.

Debido al avanzado estado de descomposición, gran parte de los restos se encontraban reducidos a esqueleto, lo que obligó a realizar un análisis detallado para determinar las causas exactas de la muerte.

Dos empleados del hotel, principales sospechosos

La Policía ha detenido a dos empleados del hotel Bumi Aditya, donde Matilde se hospedaba: S.U., de 33 años, y H.R., alias G., de 29 años, quienes permanecen en prisión preventiva. Ambos confesaron el crimen y revelaron que trasladaron el cuerpo hasta en cuatro ocasiones. Primero a la sala de generadores del hotel, luego a la parte trasera del edificio, más tarde a un terreno baldío y finalmente a la playa, donde fue encontrado enterrado.

Las autoridades indonesias investigan el caso como homicidio premeditado, homicidio simple y robo con violencia con resultado de muerte, de acuerdo con los artículos 340, 338 y 365.4 del Código Penal de Indonesia.

Sospechas desde el inicio

Matilde, originaria de Galicia y residente en Baleares, había reservado 20 noches en el hotel Bumi Aditya. Fue vista por última vez cerca de la playa de Senggigi. Días después de su desaparición, una empleada del hotel recibió un mensaje desde el teléfono de Matilde en el que supuestamente decía que debía viajar a Laos. El texto contenía faltas de ortografía impropias de ella, lo que llevó a la familia a sospechar que fue enviado por los responsables del asesinato como coartada.

Según Ignacio Vilariño, portavoz de la familia, este hecho marcó el inicio de las sospechas de que Matilde había sido víctima de un crimen planificado y no de una desaparición voluntaria.

La Policía de Lombok Occidental ha asegurado que investigará el caso hasta sus últimas consecuencias, con el objetivo de esclarecer los hechos y garantizar que los responsables reciban la máxima condena.