Desplome económico y covid marcan los comicios catalanes
España
La comunidad sigue sin sus grandes empresas que se fueron por la declaración de independencia
n n n Cataluña llega a la cita del 14F tras una legislatura marcada en lo económico por dos acontecimientos de calado: la fuga de sedes sociales de grandes empresas durante el otoño de 2017, que condicionó el arranque del mandato, y la gestión de la pandemia de la covid, que provocó el mayor desplome del PIB catalán desde la Guerra Civil.
Aunque las últimas elecciones se celebraron el 21 de diciembre de 2017, el gobierno surgido de las urnas, formado por ERC y JxCat, tuvo que lidiar en sus primeros compases con el terremoto empresarial provocado por el referéndum unilateral de independencia del 1 de octubre de 2017, prohibido por el Tribunal Constitucional. Y es que el temor a que Cataluña declarara unilateralmente la independencia llevó a miles de empresas catalanas -un total de 4.422 compañías entre octubre de 2017 y la primera parte de 2018- a trasladar sus sedes sociales a otras comunidades.
El Govern destacó que la fuga de sedes sociales no había comportado el traslado de sedes centrales o centros productivos, y aunque dijo que trataría de convencer a esas empresas de hacer el camino de vuelta, sus intentos no dieron resultados porque apenas unas pocas compañías regresaron, entre ellas Agbar, aunque los activos en otras partes de España cuelgan de Suez Spain, con sede en Madrid.
Cataluña tuvo que funcionar buena parte del mandato con los presupuestos de 2017, aprobados en marzo de aquel año, y que cuando por fin consiguió aprobar unas nuevas cuentas, el pasado mes de abril, se encontró con que los presupuestos nacían ya desfasados por la crisis del covid-19.
Aunque todavía no se conoce cuánto se desplomó exactamente la economía catalana en 2020 -el Govern calcula que el batacazo se situará entre el 10 y el 12 % del PIB- sí que hay ya estimaciones sobre la sangría en términos de empleo: la covid destruyó durante 2020 un total de 137.600 empleos en Cataluña, mientras que el número de parados subió en 132.100, lo que deja la tasa de paro en el 13,87 %.
Por si 2020 no hubiera sido ya un año suficientemente convulso, en plena pandemia estalló también la mayor crisis industrial de los últimos años en Cataluña con el cierre de las plantas catalanas de Nissan, entre ellas la de la Zona Franca.
Entre las buenas noticias, Barcelona logró renovar por un año más el Congreso Mundial de Móviles, que en 2020 se canceló y en 2021 se ha tenido que reubicar a finales de junio, y el buen comportamiento de las exportaciones.
En este mandato la Generalitat logró levantar el control financiero adicional que el Estado aplicaba sobre sus finanzas desde 2015, si bien sigue dependiendo en gran medida del Estado, que ya controla casi el 80% de su deuda.
Así pues, el Govern que salga de las urnas se encontrará un panorama económico realmente complicado, puesto que la pandemia sigue lastrando aún la economía catalana, con el potente sector turístico catalán aún sin poder levantar cabeza.n
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