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Las denuncias por el falso desnudo de niñas en Almendralejo realizado mediante inteligencia artificial se elevan ya a once, según informó el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, que precisó que no está cerrado ni el número de víctimas ni de presuntos autores de la manipulación. Mendoza informó de que la investigación sigue abierta y que la primera documentación se remitirá a la Fiscalía de Menores. Señaló que algunas de las imágenes de las niñas fueron localizadas e identificados algunos de los participantes en esa manipulación.
No obstante pidió “prudencia” y “responsabilidad”, tanto a los progenitores como a los medios de comunicación, porque unos y otros son menores de edad y hay que preservar su intimidad. Por este mismo motivo, declinó detallar el número de menores involucrados en este caso y los municipios de procedencia.
Por su parte, el alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, advirtió de que “el tema es serio” y que “aunque posiblemente la intención era empezar como una broma”, no lo fue. “Es un aviso de cosas que van a pasar, y hay que tener claro que esto es uno más de los episodios de violencia de género, se está atacando a las mujeres menores de edad”, advirtió el primer edil. Por ello, insistió en la necesidad de trabajar en programas de sensibilización, también en los centros educativos. Según indicó, este caso es un “drama” tanto para los padres de las niñas como de los niños que han cometido los actos.
La ministra de Justicia, Pilar Llop, manifestó que “no debe caber impunidad” en la creación y difusión de falsos desnudos de niñas generados con inteligencia artificial y pidió tener en cuenta por encima de todo “la protección penal de las víctimas”. Llop destacó que este tipo de conductas son “gravísimas” y “generan obstáculos muy importantes en las investigaciones” para identificar a las víctimas, sobre todo cuando se trata de imágenes manipuladas con inteligencia artificial. Advirtió de que los delitos “cada vez se van sofisticando más debido a la IA”, a la que hay que poner “ciertos límites”, y alertó de que se están utilizando sistemas de seguridad que ocultan los archivos, por lo que es necesario “desplegar nuevos recursos materiales y de formación” para combatirlo.
Por su parte, Miriam Al Adib Mendiri, la ginécologa y madre de una de las menores, espera que su denuncia sirva para que otras niñas en esa situación no callen y para que “la mayoría silenciosa de palmeros y risitas” tomen conciencia de que estos hechos son un delito. Cree que recurrir a las redes sociales para denunciarlo “es lo mejor” que pudo hacer, ya que de esta manera llegó a otras posibles afectadas y les animó a que lo contaran a sus madres, y a los chicos que estaban en esos grupos “para que tomasen conciencia de que están fomentando un delito”. Indicó que las menores “se encuentran bien” gracias a la repercusión que tuvo la denuncia y al apoyo de sus padres. “Y eso es lo que yo quería, que estuvieran tranquilas y no les afectara”, añadió. Reconoce que alguna de las afectadas recibió una petición de dinero a cambio de no difundir las fotos.
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