El sector de la automoción escala en Galicia hacia un nuevo escenario
Automoción
El motor gallego vive un período de transformación vital hacia la nueva movilidad descarbonizada y bajo la fuerte competencia de los países de bajo coste como China, India, Marruecos y Turquía
La industria de la automoción configura un tejido industrial fundamental en Galicia, especialmente en el sur de la comunidad autónoma, donde se ha ido forjando una importante red de empresas proveedoras de componentes en torno a Stellantis en las últimas seis décadas.
Este sector vive actualmente un momento de transformación crucial, equiparable al que supuso el paso del coche de caballos al vehículo de combustión.
Este cambio no viene motivado por la demanda, sino por las exigencias reglamentarias europeas, que han fijado para 2035 el fin de la venta de vehículos de combustión. A partir de esa fecha, todos los vehículos que salgan al mercado deberán ser cero emisiones.
Por si esto fuera poco, el sector de fabricantes y de componentes también debe hacer frente a una fuerte competencia procedente de países de bajo coste, y especialmente a los fabricantes chinos, con precios altamente competitivos, así como a los cambios que conlleva la digitalización. Los constructores viven en una carrera sin parangón hacia la descarbonización, que requiere de inversiones millonarias en un corto plazo de tiempo.
Stellantis, el fabricante de vehículos instalado en Galicia, pretende ir más lejos de lo que exige la normativa europea, anunciando para 2030, en Europa, que sus modelos estarán electrificados al 100%, cinco años antes de lo requerido.
Pero el mercado no acompaña, a pesar de las diferencias entre los distintos países europeos, donde la transición hacia la electrificación va más rápido en unos que en otros. Los vehículos eléctricos son caros con respecto a los de combustión y las infraestructuras de estaciones de recarga se revelan insuficientes. En España, las ventas de vehículos cero emisiones de CO2 apenas representan el 5% del total.
“Nos preocupa la caída en la fabricación de vehículos electrificados en los últimos meses, -señalaba el director general de Anfac, José López-Taffall, en el balance de octubre-. Esto es una señal de alerta para actuar de inmediato y adoptar medidas que impulsen las ventas de vehículos electrificados. Si no hay demanda, no hay producción -concluía-”.
Desafíos
Las empresas de componentes, por su parte, afrontan un doble desafío. Acompañan a los fabricantes en la transición hacia el vehículos electrificado, hacen frente a la competencia de proveedores instalados en países de bajo coste y trabajan en la mejora de sus procesos de producción en una búsqueda permanente por la eficiencia.
Fuentes del Clúster de Automoción de Galicia (CEAGA) afirman que, en este proceso hacia la electrificación, “va a haber muchas compañías que sufran y otras que se tendrán que reinventar”. La clave, apuntan, está en la “readaptación a base de financiación”. Los componentes específicos para los vehículos de combustión están condenados a desaparecer y dejar paso a otros propios de las mecánicas eléctricas.
El clúster cuenta con un plan estratégico denominado PCAM 2030, en el que aborda todos los retos que afronta la automoción en los próximos años. La Xunta de Galicia también trabaja el Plan director del sector de automoción para intentar dar respuesta a todas las exigencia que se le plantea a esta industria.
Para las empresas del sector es de vital importancia reducir los costes totales de producción en sus fábricas para poder competir en el mercado global. Esto implica trabajar la flexibilidad, optimizar los costes propios y los de sus proveedores, desarrollar la autonomía energética, innovar en proceso y producto y, en definitiva, trabajar incansablemente la mejora continua.
Solo así estarán en disposición de afrontar la fuerte y creciente competencia a la que deben hacer frente las auxiliares.
Formación y exportación
Las empresas del sector de automoción en Galicia facturaron 13.000 millones de euros en 2023, un 12% más con respecto al año anterior, y las exportaciones dieron un salto hasta los 9.400 millones de euros, su mejor dato histórico.
El clúster, formado por más de 200 empresas, registra 24.800 empleos directos, lo que equivale al 14,8% del empleo industrial gallego. El último informe Ardán de Zona Franca Vigo sitúa al sector como uno de los que más valor añadido aporta a la provincia de Pontevedra.
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