Rusia ve tras las filtraciones un intento de desestabilizar al régimen del Kremlin

La filtración masiva de "los papeles de Panamá" desató una convulsión mundial que obligó a numerosos gobiernos a anunciar investigaciones fiscales, pero los principales implicados, entre ellos los presidentes Vladimir Putin y Mauricio Macri, negaron cualquier implicación en el escándalo o minimizaron su alcance.

Como en los mejores tiempos de la guerra fría, el Kremlin aseguró que la filtración de los documentos del bufete panameño Mossack Fonseca, especializado en desviar fortunas a paraísos fiscales, sólo persigue "desestabilizar" a Rusia y desacreditar al presidente Putin. La investigación revela que varios empresarios y al menos un amigo del presidente ruso gestionaron 2.000 millones de dólares a través de sociedades fantasma.

En Argentina la Presidencia de la Nación salió también al paso de las acusaciones y afirmó que el jefe de Estado argentino, Mauricio Macri, "nunca tuvo" una participación en el capital de la sociedad Fleg Trading Ltd de las Bahamas. Según la Presidencia argentina, dicha sociedad "estuvo vinculada al grupo empresario familiar y de allí que el señor Macri fuera designado ocasionalmente como director, sin participación accionarial".

Otro de los afectados, el primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, se mostró muy nervioso durante una entrevista en televisión en la que fue interrogado sobre el escándalo, pero descartó dimitir tras publicarse que junto a su esposa tuvo una empresa en un paraíso fiscal. En Londres el escándalo salpicó también al primer ministro británico, David Cameron, cuyo padre, Ian Cameron, fallecido en 2010, usó los servicios del bufete panameño para blindar su empresa Blairmore Holdings Inc.

La CE salió por su parte en defensa del comisario Miguel Arias Cañete, cuya esposa también figura en la lista de los denominados "papeles de Panamá". Según la CE, la información aportada por Arias Cañete "cumple el código de conducta para los comisarios".n