“La piratería en el Índico está fracturada pero no rota”

La piratería en aguas somalís está en mínimos pero la vigilancia debe seguir. Así lo advierte Rafael Samaniego, el comandante del "Rayo", el último buque de la Armada que participó en la Operación Atalanta en el Índico. "La piratería, tal y como se ha entendido en los últimos años, es muy posible que haya desaparecido, pero podría resurgir si se descuida la vigilancia. Está fracturada, pero no está rota", indica Samaniego tras completar hace unos días la misión de control en el entorno de Somalia durante varios meses.

El capitán relata que las zonas donde patrullan son "muy peligrosas y complicadas, donde los criminales, que los hay, son auténticos gángsters que un día pueden cambiar de nuevo su modelo económico y dedicarse a la piratería otra vez".

Los datos recabados por los integrantes de su expedición son favorables y apuntan incluso a que tal vez la misión "Atalanta" podría darse por finalizada en un futuro próximo. Con todo, indicó que el "Rayo" trabajó correctamente sin sufrir ningún problema ni averías y los 87 militares embarcados en él para esta misión -entre dotación, personal de apoyo de un helicóptero que iba a bordo e infantes de marina del Equipo Operativo de Seguridad y de la Fuerza de Guerra Naval Especial de la Armada- hicieron sus labores de manera satisfactoria.

El buque regresó a puerto recientemente y fue relevado en aguas del Índico por el "Galicia", que patrullará durante los próximos seis meses el corredor náutico de 5,2 millones de kilómetros cuadrados demarcado en el Golfo de Adeán. El barco lleva un contingente de un centenar de militares, dos helicópteros y cuatro aviones no tripulados (drones), siendo la primera vez que se utiliza este tipo de material en esta misión aeronaval, que vuelve a estar bajo el mando de España. En estos momentos la piratería en Somalia está en mínimos y desde hace tres años no se ha producido ningún ataque con éxito y no hay ningún barco secuestrado.n