El irresistible encanto del Albariño

El desembarco de grandes firmas para comprar bodegas de Rías Baixas sigue y genera dudas para el futuro

Publicado: 31 jul 2023 - 10:00 Actualizado: 31 jul 2023 - 10:01

Los viñedos de las Rías Baixas son objeto de deseo de las grandes bodegas, que sigue con su plan de aterrizaje en la zona.
Los viñedos de las Rías Baixas son objeto de deseo de las grandes bodegas, que sigue con su plan de aterrizaje en la zona.

No es un fenómeno que nazca ahora pero en los últimos meses ha crecido con fuerza y no parece que ni tan siquiera se haya acercado a su fin. Las grandes firmas bodegueras han puesto sus ojos en la Denominación de Origen Rías Baixas y, concretamente, en el vino Albariño y están realizando muchos esfuerzos para situarse en este nicho vitivinícola comprando bodegas pequeñas y no tan pequeñas, haciéndose también con terrenos para plantar sus propios viñedos.

No es un tema del que guste hablar públicamente a las personas del sector. Tampoco la Denominación de Origen Rías Baixas se pronuncia porque considera que son cuestiones empresariales que se escapan a sus atribuciones. Mientras los nuevos dueños cumplan las normas de control internas, entre las que no hay ninguna acerca de la propiedad, no hay ningún pero que poner.

Claro que las dudas existen, sobre todo a medio y largo plazo. Porque a corto, todo parecen bondades. La potencia de las grandes firmas que están aterrizando conlleva una proyección nacional e internacional mucho más potente, lo que redundará en mayores ventas y, tal vez, en mejores precios. Además, estos nuevos bodegueros están pagando la uva a los pequeños productores por encima de la media de mercado anterior -hasta 3 euros por kilo-, lo que incide en mayores beneficios.

La cuestión es qué sucederá tras el aterrizaje, fase que todavía no se ha cerrado. Por un lado, está la pérdida de identidad de un negocio especialmente ligado a la tierra. De hecho, muchos bodegueros han rechazado y siguen rechazando ofertas por esa conexión especial con su labor, un valor que podría llegar a perderse o a matizarse en gran medida si la producción acaba en otras manos.

También falta por saber qué sucederá cuando las fincas que ahora están comprando las grandes bodegas empiecen a producir y a éstas ya no le hagan tanta falta los pequeños productores. En concreto, la compra se está centrando en la subzona del Ulla, donde todavía quedan extensiones susceptibles de ser adquiridad para producir Albariño.

Porque, en realidad, todo gira en torno a un vino que está atrayendo como un imán a los clientes y, con ellos, a las grandes bodegas. Se trata de un caldo muy valorado y el principal culpable de que la Denominación de Origen Rías Baixas se haya situado en los últimos años como la cuarta de más valor en toda España.

Las cifras de producción son más que interesantes. Hasta el pasado viernes, la DO contabilizó 18.900.000 botellas verificadas -con su sello, aunque no necesariamente ya vendidas-. Y, a la espera de los primeros datos de exportación de 2023, previstos para dentro de un mes, el pasado año se vendieron al extranjero casi 9 millones de litros (8.975.923,25), lo que supone casi 60 millones de euros (59.095.425). De esta relación, sale un precio para la exportación de 6,58 euros litro, que a nivel nacional se rebaja ligeramente.

Los números generan negocio y es ahí donde entran los grandes bodegueros, cada vez más presentes en zonas como Condado, O Rosal y O Salnés. La uva, eso sí, seguirá siendo de aquí.

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