Hacienda hará cursos en Vigo para el nuevo sistema de verificación de facturas

La Agencia Tributaria (AEAT) prepara a autónomos y pymes para la entrada en vigor de la nueva normativa para la verificación de facturas que será obligatoria para gran parte del tejido empresarial a partir de 2026. En Vigo, la delegación prepara una serie de cursos formativos a partir de junio dirigidos a gestores, empresarios y profesionales para facilitar la transición y resolver dudas sobre este cambio normativo. Esta medida solo afectará, de momento, a aquellos empresarios y autónomos que utilicen Sistemas Informáticos de Facturación (SIF), que son aquellos que expiden facturas, las almacenen y facilitan subproductos, como la liquidación de impuestos como el IVA o el IRPF.

Pablo Meijide, delegado de la Agencia Tributaria en Vigo, explica que “este sistema certifica los programas informáticos de facturación, de manera que las facturas emitidas sean invulnerables a manipulaciones”. Para ello se empleará un sistema similar a la tecnología “blockchain” que vinculará determinadas partes de cada factura a un registro electrónico de la AEAT. Este registro identificará y correlacionará las facturas entre ellas. “Cualquier modificación en uno de esos registros de facturación se va a detectar”, explica Meijide, aunque en tecnología es difícil garantizar una efectividad total.

Para poner en marcha el sistema, la AEAT ofrecerá dos métodos a los contribuyentes. Por un lado, empresas y autónomos podrán conectar sus SIF al sistema Verifactu de Hacienda. Cuando se emita una factura, ésta se remitirá automáticamente a la AEAT e incluirá un código QR que certifica que está correctamente declarada. En el segundo, el SIF no remitirá automáticamente las facturas. Éstas tendrán un QR, que no verificará si está correctamente declarada. Estas empresas deberán crear su propio registro, conservar un libro de eventos y aportar una firma de certificación. Dentro de la modalidad Verifactu, la AEAT dispondrá además de un formulario en la sede electrónica para contribuyentes con poca facturación, lo que les evitará comprar o desarrollar un SIF.

El cambio preocupa al colectivo de pymes y autónomos. José Ramón Caldas Martínez, presidente de APE Galicia (Asociación Intersectorial e Interterritorial de Autónomos y Pequeñas Empresas), subraya la importancia de las iniciativas formativas y la concienciación en el sector: “Nosotros ya llevamos desde el principio del 2025 insistiendo, incidiendo muchísimo en que se pongan las pilas”, explica a Atlántico. Para Caldas, la colaboración entre asociaciones y administración es clave para que los autónomos afronten con garantías el cambio tecnológico.

Desde el ámbito profesional, Pilar Otero Moar, presidenta del Colegio de Gestores Administrativos de Galicia, señala que “para nosotros es mucho más trabajo, un trabajo de asesoramiento individualizado.” Otero insiste en la confusión que genera la reforma y destaca que “la información que está saliendo es muy muy confusa”. Por eso, recalca la importancia de la labor didáctica de los gestores para acompañar a sus clientes en la transición.

La formación que la AEAT impartirá en Vigo será fundamental para despejar dudas y preparar al tejido empresarial para una adaptación que afectará a miles de profesionales.

La factura electrónica: otra norma diferente aún sin noticias

El delegado de la AEAT en Vigo, Pablo Meijide, insiste en distinguir claramente la factura electrónica de los sistemas informáticos de facturación, al tratarse de temas distintos. El Ministerio trabaja en un reglamento para desarrollar la Ley Crea y Crece, que establecerá la obligatoriedad en el uso de la factura electrónica, aún sin fecha de resolución. La norma obligará de forma paulatina, en función del tipo de empresario o autónomo, a sustituir las facturas en papel. Se ignora de momento si el reglamento planteará el uso de Sistemas Informáticos de Facturación, además de la factura electrónica.

“Se busca luchar contra la competencia desleal entre empresas”

Pablo Meijide es delegado en Vigo de la Agencia Tributaria desde mayo de 2024, y asegura que “desde que soy delegado de Vigo hemos hecho muchas jornadas formativas con distintos tipos de organizaciones públicas y privadas, creo en la educación cívico-tributaria y apuesto por ella”.

¿Por qué pone Hacienda en marcha esta reforma?

La respuesta corta es que la Agencia Tributaria trabaja para velar por el sostenimiento de los gastos públicos y garantizar el Estado de bienestar. La larga y detallada es que en los últimos diez años se han utilizado sistemas informáticos de facturación (SIF) que ayudan a las empresas en su contabilidad. Pero ha habido un determinado número de SIF que se han utilizado con determinadas funcionalidades que buscaban la evasión, la elusión y ocultar la realidad económica de las empresas. Esto, claro, es un problema.

¿Quién está afectado por la norma?

Tenemos dos tipos de colectivos afectados por este reglamento. Por un lado, aquellos desarrolladores, productores o comercializadores de los SIF, y los empresarios y autónomos, que deberán comprar o realizar o desarrollar sus propios SIF.

¿Qué plazos tiene el contribuyente para adaptarse?

El 29 de junio, como fecha máxima, los desarrolladores ya deben tener todo disponible y después nos vamos a 1 de enero de 2026 para personas jurídicas y 1 de julio del 2026 para las físicas. Es decir, aún hay mucho margen para que los contribuyentes se adapten a la normativa.

Hay desinformación y preocupación por la norma. ¿Hay una falta de pedagogía por parte de la AEAT?

Si tú das formación a la gente seis meses o un año antes de que algo suceda, su efecto se diluye. Está previsto empezar a organizar cursos de formación a partir del mes que viene.

A veces Hacienda no tiene muy buena imagen…

En 2024 en Galicia tuvimos millón y medio de autoliquidaciones en Renta. El 70% salieron a devolver y el 60% de estas se pagó en el periodo voluntario de declaración. ¿Los contribuyentes que reciben el dinero a los 15 días se quejan? Creo que el servicio que se hace es especialmente bueno y que hay mucha gente que está contenta. Escuchas al que se queja, no al que habla bien.