La flota de Vigo en Malvinas mantiene la pesca del calamar en precario

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Los armadores confían en que la campaña continúe algunos días a la espera de la decisión de las autoridades

Pesqueros congeladores de la flota de Malvinas amarrados en el muelle de Beiramar.
Pesqueros congeladores de la flota de Malvinas amarrados en el muelle de Beiramar.

La flota de empresas mixtas con capital vigués que faena en aguas de Malvinas continúa desarrollando la segunda campaña del calamar patagónico del año con gran incertidumbre y en precario por la caída de capturas. Todo ello a la espera de una decisión definitiva de las autoridades del archipiélago que afectará a los 16 arrastreros que faenan en el caladero.

Tras los últimos días, que el Gobierno de las islas Falkland (según su denominación británica) dio de plazo al sector para probar la viabilidad de la campaña, las armadoras confían en que la pesca se ampliará como mínimo durante los próximos días.

En las últimas jornadas, los barcos detectaron una mejoría tanto en el volumen como en el tamaño de los ejemplares. “Estamos dando pequeños saltos adelante, estos tres últimos días hemos subido un porcentaje importante respecto al inicio de campaña”, señalan fuentes del sector, que confían en que esta evolución permita mantener al menos temporalmente la actividad. “Tenemos bastantes más esperanzas que hace una semana”, afirman.

La incertidumbre no solo afecta a la rentabilidad económica y a la amortización de las inversiones realizadas para renovar la flota durante los últimos años, sino también a la situación del mercado, con el temor de que una posible falta de este recurso derive el interés hacia otros mercados. “Cuando hay demanda de un producto y en origen no se cubre, se especula en la búsqueda de otros productos y nosotros estamos centralizados en el calamar de Malvinas”, apuntan desde el sector.

La preocupación no es menor para las empresas armadoras, vinculadas a grupos como Pescapuerta, Pereira, Wofco, Copemar o Chymar, que en 2022 renovaron por otros 25 años el acuerdo para pescar el calamar en este caladero. El gasto en la construcción y mejora de los buques que faenan en estas aguas en los últimos años roza los 250 millones de euros, con incorporaciones recientes como el “Argos Berbés” de Pereira, el “Prion” de Pescapuerta o el “Hadassa Bay” de Copemar.

Las empresas armadoras confían en tener hoy nuevas noticias del Gobierno del archipiélago, que confirme si la campaña puede continuar o si, por el contrario, deberá cerrar y finalizar antes de tiempo.

Este es ya el tercer año consecutivo en que las capturas de calamar patagónico viven una situación crítica en la segunda campaña del año. Sin embargo, las causas son todavía desconocidas para el sector, que reconoce que hay muchas especulaciones, pero por el momento ninguna certeza sustentada con datos científicos. “Ojalá lo supiéramos, cada empresa puede tener su teoría, pero no hay nada contrastado, tenemos que confiar en los científicos”, señalan desde el sector.

La pesquería se abrió el pasado 27 de julio para esta segunda campaña. Según informaron desde el Ejecutivo de las islas la semana pasada, la estimación inicial de biomasa era de algo más de 29.735 toneladas, pero fue revisada primero a 21.695 toneladas y, posteriormente, a 14.722 toneladas, con un intervalo inferior de confianza que descendió hasta las 6.539 toneladas, evidenciando una situación problemática de este recurso.

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