Teresa Perales logra su 28ª medalla

La natación paralímpica española vivió ayer un día para el recuerdo en los Juegos de París, una jornada marcada por otra medalla de oro, la de un gran Íñigo Llopis, pero que, sobre todo, dejó una nueva muestra más de lo que es capaz de hacer Teresa Perales, que alargó su leyenda con un bronce, su vigesimoctava presea en una cita paralímpica, igualando así al mito olímpico Michael Phelps. Además, María Delgado logró otro bronce.

Era la final de Perales, los 50 espalda que había preparado con mimo en su nueva clase, la S2, a la que ha tenido que bajar, con avatares respecto a su clasificación, y donde volvió a demostrar que en el agua se transforma. En Tokio ya lo había demostrado, de nuevo en los 50 espalda, entonces en su clase de siempre, la S5, donde lastrada en un hombro, fue capaz de conseguir la plata y su vigesimoséptima presea paralímpica.

Ni la edad, 48 años, ni los problemas físicos que la han obligado a tener que aprender a nadar sólo con un brazo por sus problemas en el hombro izquierdo fueron obstáculos. En el momento en el que Darío Carreras la posó en el agua, Perales mutó. La nadadora aragonesa lo dio todo desde el principio y eso la hizo mantenerse en la pelea por el bronce, el premio que dejaban la imbatible singaporense Pin Xiu Yip, campeona, y la mexicana Haidee Viviana Aceves, plata. La zaragozana y la italiana Angela Procida pelearon hasta el mísmisimo final. La española tocó la pared y pudo comprobar que lo había logrado, que era bronce por tan sólo dos centésimas y que por fin la ‘Sirenita del Ebro’ alcanzaba al ‘Tiburón de Baltimore’.

"Sabe a récord del mundo esta medalla. Tiene mucha historia detrás, mucho esfuerzo detrás.Me daba igual el color, yo quería una que era la 28", explicó Perales tras su logro. Además, confirmó que aún no se retira.