El Real Madrid sigue al mando en la Supercopa

El Real Madrid conquistó ayer su novena Supercopa Endesa, la quinta consecutiva, al ganar por 89-83 al Barça en el primer clásico del curso tras una prórroga, en una final con alternativas y en la que los blancos reaccionaron en el tercer cuarto de la mano de Sergio Llull, con tres triples seguidos, y del caboverdiano Edy Tavares, clave con 24 puntos, 12 rebotes y 40 de valoración. Se medían en un nuevo clásico el campeón de Liga, un ‘nuevo’ Real Madrid a las órdenes de Chus Mateo desde principios de temporada, y el de Copa, un Barça igualmente renovado con Sarunas Jasikevicius a los mandos y con el reto pendiente de resarcirse de sus tres últimas derrotas en las últimas tres finales de esta Supercopa ante su eterno rival.

Tras un primer cuarto igualado, en el segundo el Barça estuvo más intenso en defensa y atinado en ataque, dominó el rebote y, con Kyle Kuric, sustituto del lesionado Cory Higgins, muy entonado -8 puntos en este parcial-, hizo daño a un Madrid muy perdido (23-31, m.17 tras un 4-10 de parcial), una diferencia luego ampliada (27-37, m.19) para llegar con 29-37 al descanso. Ya en el tercero, el Real Madrid dio un paso adelante para acortar la desventaja (40-47, m.26, tras un 7-2 de parcial). Los de Chus Mateo, además, siguieron apretando y en una fase de brillantez le dieron la vuelta como un calcetín al choque (55-49, m.30).

En el parcial decisivo, marcadores muy igualados, en una horquilla de 2 puntos, no más, y empates sucesivos, hasta el punto de que, a 15 segundos del final, Tobey machacó el aro blanco (71-71, m.40) y forzó la prórroga. En la recta final de ésta, llegaron un par de empates más, dos tiros libres anotados por Yabusele y un tapón providencial de un agigantado Tavares a Sanli a 30 segundos del final (85-83), y ahí ya los de Chus Mateo no dejaron escapar su noveno título.