La orgía y el desfase en La Manga del Leicester City

El Leicester es la expresión de la visión del pueblo. La economía familiar, los apuros personales, las discusiones de hermanos, la preocupación de un padre y el cariño de una madre. Coronó una odisea que ni el mismo Ulises podía haber escrito.

Subió a los cielos y está sentado a la derecha de aquel Blackburn que en 1992 sorprendió a todos para hacerse con la primera Premier League de la historia. Un esporádico Alan Shearer marcaba los goles de unos "rovers" entrenados Kenny Daglish. La meritocracia todavía era una de los elementos justicieros por los que se regía el fútbol inglés, en los primeros años de cambio de formato. Aquel hito deportivo, lo ha vuelto a repetir el Leicester City. Unos "foxes" que tuvieron que soportar al ver como un portero español le paraba el penalti más decisivo de la vida futbolista del Leicester City. Minuto 96 en Vicarage Road y en sus botas la oportunidad de lanzar el penalti más decisivo. Sin embargo el no era el lanzador especialista, se lo hicieron a él y se lo pidió. Lo ejecutó la seguridad que fuera entre los tres palos y Almunia se lo paró. El delantero del Watford hizo el resto. Deeney dio alas a un Watford que perdería contra un Crystal Palace de Ian Holloway intermitente durante el resto de la temporada, pero con Bolasie, un joven Zaha y Glen Murray que se rompería el cruzado.

Lejos de todos esos focos deportivos son los escándalos los que preceden al Leicester pre Ranieri. El primero en La Manga, Murcia.

Así se hacía eco el Telegraph en su edición digital. "Tres jugadores detenidos por tener relaciones forzadas con tres chicas". Otros periódicos aumentarían las detenciones a nueve pero finalmente solamente tres jugadores de aquel equipo entrenador por Martin O´Neil pasaron la noche en la cárcel.

Las mujeres expusieron su realidad y los futbolistas otra. Al final no hubo pruebas suficientes y salieron al día siguiente. En aquel hotel de La Manga pasó de todo. Desde descorchar botellas de champán y mojar a todos los huéspedes, a bailar desnudos por el hall del hotel. Los empleados no daban calmado la "jauría" de los 24 futbolistas del Leicester City. Y la pretemporada no había hecho más que empezar.

Orgía en Tailandia

Varios diarios ingleses se habían hecho eco del escándalo sexual de tres jugadores, que no están en la actual plantilla, en Tailandia. Tres en una habitación en la que contrataron a varias chicas de lujo. A pesar de ser una acción que el club no se podía permitir de cara a la imagen exterior, el acto había elevado la etiqueta de importante por que el hijo del entrenador estaba involucrado. El presidente del Leicester, por cierto nacido en Tailandia, no permitió que volviera a pasar esto. Y pensó que si Nigel Pearson, entrenador en aquel momento no podía controlar a su hijo, ¿qué iba a hacer con 24 futbolistas? Esa fue la causa principal por la que se fue Nigel Pearson y los tres futbolistas.

Después llegaría un italiano, con pasta que estuvo en equipos importantes europeos y no pudo hacer nada fiable con ninguno de ellos. Sin embargo, en algún momento de la llegada de Ranieri las piezas se ensamblaron y la confianza de los resultados junto con la proposición eficaz en el fútbol inglés, rompió las reglas establecidas. La comparación económica era un halago nada de perjuicios, los jugadores de perfil medio, más trabajadores y menos calidistas daban sus frutos. Al final, un nombre escrito en los 24 años de Premier League. El Leicester City de Ranieri campeón del fútbol inglés. Un ejemplo que a partir de ahora dejarán de lado el "partido a partido" del Cholismo y se frotarán las manos con la esperanza y la fe de un equipo que simplemente trabajó cada balón como si fuese el más importante de la liga. Chapeau.