El mismo diseño de filial

Como era de esperar, el plan del Celta B de esta temporada es similar al de la pasada temporada. Es decir, los canteranos tendrán peso relativo, pero la base principal del equipo lo conformarán los jugadores llegados de fuera, la gran mayoría este mismo verano. De entrada, Onésimo Sánchez, técnico celeste, dispuso un once inicial con sólo tres jugadores formados en A Madroa: el central Carlos Domínguez, el lateral izquierdo Diego Pampín y el atacante Miguel Rodríguez.

De los otros ocho futbolistas elegidos, apenas dos ya estuvieron en el filial la pasada campaña -Jordan Holsgrove y Alfon- y los otros seis son refuerzos llegados este mismo verano: Gaizka Campos, Thomas Carrique, Javi Castro, Álex Martín, Carlos Beitia y Javi Gómez. Es decir, que más de la mitad del once céltico estaba conformado por jugadores sin apenas rodaje.

También en los cinco cambios que acabó realizando el entrenador céltico tuvieron mucho peso los nuevos. De hecho, sólo salieron dos canteranos más, Lautaro y Gabri Veiga, además de otros tres fichajes, Álvaro Medrano -que el sábado estuvo convocado por el primer equipo al igual que Carlos Domínguez-, Cedric y Carbonell.

A ninguno de los nueve futbolistas que ayer vivieron su debut oficial con la camiseta celeste les quedará un buen recuerdo del encuentro. Onésimo Sánchez ya dejó claras sus intenciones en la convocatoria, en la que no incluyó a ninguno de los juveniles con los que ha estado trabajando este verano. Tampoco entró en la lista el último de los fichajes, hasta el momento, del filial, el delantero brasileño Fabricio.

Con todos estos mimbres, el técnico deberá hacer un equipo. Algo que el Celta B no es todavía.