El dolor fabrica cimientos

No es cuestión de buenismo porque Bélgica no ganó el Eurobasket: lo perdió España. Una concatenación de errores en los últimos tres minutos llevó a la selección de estar 12 arriba (65-53) a encajar un dramático 0-14 de parcial que la apartaba del oro (65-67). Pero, una vez mencionado lo obvio, hay que reseñar otra evidencia. El torneo del combinado español ha sido magnífico porque el trabajo de su líder, Miguel Méndez, ha sido extraordinario. Y eso, con un grupo tan joven, son los cimientos de un gran futuro.

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Méndez ha construido un bloque a su imagen y semejanza. Intenso, proactivo y con alternativas. La defensa ha sido el credo. Un ejemplo es que solo la República Checa le metió más de 80 puntos (88-81 en cuartos). A partir de ahí, nadie le hizo más de 70 en 40 minutos -el 78-75 ante Suecia fue en la prórroga tras el 64-64-. Las pupilas del vigués dejaron a dos potencias como Francia y Bélgica en 64 y 67 puntos. A partir de ahí, el ataque ha sido una obra coral con muchas jugadoras aportando puntos. De hecho, salvo Raquel Carrera ante Alemania y Chequia, cada partido tuvo una máxima anotadora distinta

Cuando digo futuro

El seleccionador vigués afrontaba el Eurobasket con bajas por lesión tan importantes como las de Maite Cazorla, María Conde, Laura Quevedo y, sobre todo, Megan Gustafson. Las suplió con la fuerza de la juventud, que ha llegado para quedarse. Su roster tiene una media de 25 años y jugadoras de 19 como Iyana Martín o Awa Fam han llegado para quedarse. Elena Buenavida, bomba de electricidad, tiene 21; Helena Pueyo, MVP de la final, tiene 24; Aina Ayuso, MVP de la Liga, 25. Raquel Carrera, monstuosa, solo cuenta con 23.

Una bestia construida en Navia

Pese a que llegó lesionada a la concentración, nadie tuvo dudas de que había que esperar por Carrera. Ella respondió a lo grande. La canterana del Celta promedió 13 puntos y 4 rebotes por partido, además de cargar con el liderazgo de la selección. Su trabajo defensivo sobre Meesseman en la final fue notable. El cielo es su límite y Vigo, su punto de partida hacia el estrellato.

La reina de la intendencia

María Araújo vivió la amargura de la final sin un solo minuto en la pista. Fue la única. Sin embargo, para llegar hasta ahí la viguesa aportó lo suyo en labores de intendencia. Porque para que gente como Carrera brille, otras tienen que hacer el trabajo oscuro. Pese a eso 0 el último día, acabó promediando casi 14 minutos y 3 rebotes por duelo. Además de su ascendencia en el grupo.

La excética inmortal

En medio de esa juventud tan prometedora aparece un mito de 35 años. Porque Alba Torrens es inmortal. En esta cita superó los 700 puntos en Eurobasket, acabó formando parte del cinco ideal junto a Carrera y tiró del carro en numerosas ocasiones -anotó 20 puntos contra Suecia y dio un clínic de baloncesto en el último cuarto ante Chequia-. No se merecía el mal trago de esa última pérdida por el error en el pase de Mariona Ortiz. Pero así es el deporte. Y esta generación tan magnífica que asoma no podría tener una mejor madrina que la exjugadora del Celta.