Desolación y silbidos en la debacle de Brasil en casa

Las lágrimas cayeron por las mejillas de algunos jugadores. Especialmente de Oscar, David Luiz y Bernard. Thiago Silva ejerció de capitán y acudió uno por uno a ofrecer su consuelo a sus compañeros. Por su parte, Luiz Felipe Scolari intentó mantener el tipo. Hizo un corro en el centro del campo y pidió cabeza alta a sus futbolistas, protagonistas del mayor varapalo del fútbol brasileño en toda su historia. No obstante, el preparador que pasará a la historia como el responsable de la humillación.

La actitud del público evolucionó a medida que caían los goles de Alemania. En las gradas del Estadio de Mineirao, con el quinto gol teutón a la media hora de partido comenzó el desfile de seguidores, desesperados ante el enorme correctivo que estaba recibiendo su equipo. Sin embargo, muchos de ellos se quedaron y, poco a poco, comenzaron los silbidos hacia sus jugadores. El primero en concentrar la ira de sus aficionados fue el delantero Fred y, en la segunda mitad, todos los integrantes de la selección brasileña.

El séptimo tanto, que cerró la cuenta de Alemania incluso fue aplaudido por parte de la afición local debido a la belleza del mismo. En definitiva, una jornada negra para jugadores, cuerpo técnico y aficionados de la selección brasileña de fútbol.n