Desirée Vila: "Llego a París con mi mejor forma física y más experiencia"

Desirée Vila (Gondomar, 1998) disputará en París sus segundos Juegos Paralímpicos consecutivos, después de la sexta plaza conseguida en Tokio, y sus objetivos en esa ocasión son mejorar su marca personal en salto de longitud, meterse entre las cinco primeras y, si alguna rival falla, acceder a un podio que reconoce que estará complicado.

¿Cómo llega a París si lo compara con los Juegos de Tokio?

Desde una temporada en la que he hecho marca personal, bien. Con mi mejor forma física de siempre y con más experiencia, que yo creo que es súper importante. Este año quedé quinta en el Mundial, entonces mi objetivo para estos Juegos es el Top 5 y yo creo que se puede.

En Tokio terminó sexta, así que el objetivo sería subir al menos una posición.

Sí. Y, sobre todo, hacer marca personal, que creo que es el objetivo de cualquier deportista en los Juegos. Intentaré mejorar ese 4.50 que hice en el Campeonato de España en junio y si eso me acerca a las medallas, genial.

¿En cuántos metros calcula que estará la medalla en la capital francesa?

Las medallas estarán alrededor de cinco metros.

Complicado, entonces, subirse al podio.

Bueno, lo que sucede también es que en unos Juegos puede pasar de todo. Lo hemos visto en los Olímpicos, que estaban los favoritos y luego hay gente que una competición tan importante no le sale porque se pone muy nerviosa o por tantas cosas que pueden pasar. Así que lo importante es estar ahí el día de la competición, estar súper concentrados, intentar dar el cien por cien y ver a dónde te lleva eso.

¿La preparación ha sido parecida a la que llevó a cabo para los Juegos de Tokio o ha cambiado cosas?

Mi equipo sigue siendo el mismo. Sigo con mi entrenador y hemos hecho bastantes concentraciones, por ejemplo en Londres, que hay un técnico que controla bastante de las prótesis y de longitud. Se trataba de intentar mejorar la técnica de todas las maneras posibles, que al final es difícil porque en España no hay ninguna referencia y a nivel internacional, poco. Para un entrenador como el mío, que ha estudiado INEF, donde no te explican nada específico para paralímpicos, hay muy poca información y al final es a base de prueba y error. Nos hemos fijado mucho en las rivales analizando vídeos de las competiciones para intentar mejorar la técnica de esa manera. Porque en la longitud es lo que marca la diferencia.

Y esa preparación ha sido sobre todo en Madrid, ¿no?, porque en Vigo está más complicado.

Sí, sí. Yo sigo en la Blume. He pasado aquí estos tres últimos años, desde Tokio, y vuelvo de vez en cuando a casa para visitar a la familia. Cuando voy, entreno en el CUVI, y cuando estuve ahora en agosto, como estaba cerrado, me tuve que ir a Moaña, a una pista que hay y que además es pública y está al lado de la playa. Para entrenar un día o dos, que son los que estoy en casa, me vale, y la mayor parte de la preparación la hago en Madrid, claro, que es donde está mi equipo y mi grupo de entrenamiento. Además, las condiciones son mejores porque es un Centro de Alto Rendimiento y, obviamente, tienen que ir los mejores.

¿El hecho de ser sus segundos Juegos le da más opciones de dar su mejor versión por esa experiencia acumulada?

Yo creo que sí. Repetir te da una mayor seguridad en ti misma porque ya sabes a lo que vas y sabes qué esperar. Ya conoces cómo es una villa y cómo son todos esos estímulos, pero al mismo tiempo casi parece que es algo nuevo por el hecho de que los Juegos de Tokio fueron post covid y no había público ni se podía hacer nada. Entonces, en ese sentido es algo nuevo y yo espero que el estadio esté muy lleno, que la verdad es que yo nunca he competido en un estadio tan grande y con tanta gente. Eso también va a ser especial, lo mismo que la presencia de mi familia. Para muchos de mis familiares, va a ser la primera vez que me vean competir en atletismo en vivo y eso da un toque extra de motivación. Y luego, para mí va a ser muy bonito volver a París diez años después de mi última competición como gimnasta. En 2014, disputé el Mundial de gimnasia acrobática y, sin saberlo, fue mi última competición porque al año siguiente tuve ya el accidente. Entonces, va a ser muy especial para mí volver a la misma ciudad diez años después y, en este caso, para disputar unos Juegos.

Es casi como cerrar un círculo.

Lo sería si yo me plantara ahí, pero mi idea es continuar y, por lo menos, preparar el ciclo de Los Ángeles 2028.

¿En qué cree que se diferencia más la Desirée Vila de aquel año 2014 de la que va a volver ahora a París una década después?

Han cambiado muchas cosas. Para empezar, las condiciones, porque yo ahora me dedico a esto profesionalmente y, por aquel entonces, la federación no me pagaba ni las mallas de competir y el viaje al Mundial nos lo pagaron nuestros padres. Tampoco teníamos todos los servicios que tenemos ahora, como psicólogo deportivo, nutricionista… Ahora, obviamente, está todo mucho más profesionalizado y también te da la oportunidad de conseguir patrocinadores y de vivir de eso, básicamente. Y luego, como persona, la diferencia está en la madurez. Con catorce años no tienes los mismos pensamientos y valores que ahora. Yo creo que era bastante más insegura. Entonces, todo eso, sumado a la experiencia, hace muy diferentes a la Desi de 2014 y la Desi actual, aunque la base siga siendo la misma y la ilusión siga estando ahí.

¿Cómo va a ser la planificación desde ahora hasta el día de la competición, el 5 de septiembre?

La mayoría de los atletas viajaron el 24 (ayer), pero yo, como soy de las últimas en competir, viajo más tarde porque si no se me iba a hacer muy largo tantos días en la villa. Entonces, viajo el próximo sábado, el 31. Estamos ya en la recta final, pero aún quedan dos semanitas y estos días estamos puliendo detalles de la técnica y poco más, porque a estas alturas el trabajo ya está hecho. Es mantener la forma física, estar concentrados y trabajar también la parte mental para llegar en las mejores condiciones.