El Barça, campeón de la Supercopa

El Barcelona venció ayer por un contundente 2-5 al Real Madrid para levantar la Supercopa de España 2025, que se disputó en Yeda (Arabia Saudí), gracias a una excelsa primera mitad en la que barrió al conjunto madridista y ya obtuvo una ventaja imposible para los blancos, que jugaron con uno más casi toda la segunda parte por la expulsión del portero Szczesny.

El conjunto azulgrana conquistó en Arabia su 15ª Supercopa de España con una exhibición ante su eterno rival, que sale muy tocado de esta final al mostrar evidentes desconexiones y errores defensivos que condenaron sus opciones en una primera parte extraordinaria del Barça, que se fue 1-4 a los vestuarios por los tantos de Lamine Yamal, Raphinha, Lewandowski y Alejandro Balde, y Kylian Mbappé, el mejor de los blancos.

En la segunda parte, la expulsión de Wojciech Szczesny obligó a los azulgranas a bajar el pie del acelerador cuando ya iban 1-5, gracias a otro gol de Raphinha. Pero el Real Madrid, que pierde el segundo clásico del curso -con 9 goles en contra-, nunca dio sensación de apretar a su rival, con un planteamiento totalmente inofensivo. El triunfo da alas a un Barça que venía con más dudas, mientras el Real Madrid se despide del deseado ‘septete’ y regresa a España con pena e incertidumbre.

Tras el pitido inicial, sucedió lo esperado, con un Real Madrid replegado y esperando a un Barça con el balón, pero no contemplativo. Y es que los azulgranas salieron en tromba, primero con un remate lejano y con rosca que hizo trabajar a Courtois, que volvió a mantener con vida a su equipo en la segunda acción con peligro blaugrana con un remate de cabeza de Raphinha.

Con el meta belga excelso, el Real Madrid corrió y mató al espacio. En la primera oportunidad para hacer daño al contragolpe, el conjunto madridista, tras una pérdida de Marc Casadó, se benefició de un letal Mbappé, que salió raudo hacia la portería rival sin oposición y no erró el mano a mano ante Wojciech Szczesny para hacer el 1-0. De verse por detrás en el marcador hasta en dos ocasiones, a ponerse por delante. Real Madrid en estado puro.

El tanto rebajó las pulsaciones del partido, salvo por un disparo cruzado de Raphinha y un acercamiento de Bellingham. Mbappé sufrió una torcedura de tobillo y un pisotón de Jules Koundé que, a los 15 minutos, exigió un vendaje especial. Y esa no fue la peor noticia para los blancos, porque en el 20, Lamine Yamal se inventó, tras una extraordinaria asistencia de Lewandowski, una obra de arte dejando a Rüdiger y a Tchouameni atrás y batiendo en el mano a mano a Courtois para empatar el partido.

El ritmo del clásico era vertiginoso. Hasta que una imprudencia de Eduardo Camavinga, con un plantillazo innecesario sobre el muslo de Gavi dentro del área, sin balón por medio, fue castigado con penalti por Gil Manzano tras revisarlo en el VAR. Lewandowski no falló y completó la remontada del Barça en la primera parte. El 1-2 dio impulso a los azulgranas, que aprovechó el descontrol en la zaga madridista para marcar su tercer gol seguido con un remate de cabeza de Raphinha a centro lateral de Koundé. Dos errores condenaban tras su buen inicio al Real Madrid, muy penalizado antes del descanso.

El conjunto merengue estaba grogui y lo pagó aún más. Tras un córner ridículo, el Barça pudo correr a la contra y Raphinha y Balde no hicieron prisioneros; el brasileño regateó a Valverde y sirvió el 1-4 al lateral para terminar de reducir casi al cero las opciones madridistas de alzar el título.

Carlo Ancelotti movió pieza y dio entrada tras el descanso a Dani Ceballos. Su equipo mejoró con balón y pudo conectarse con un zapatazo de Rodrygo Goes a la cruceta a pase de Vinícius. Y del 2-4 que hubiera dado vida a los blancos, se pasó, en una contra y con Tchouameni de nuevo en la foto, al 1-5, obra de Raphinha para seguir con la sangría y terminar de matar al Real Madrid.

Pero los merengues se agarraron a la expulsión de Szczesny, que barrió a Mbappé, y en la falta al borde del área, Rodrygo hizo el 2-5 con más de 40 minutos por delante. Pero el Barça supo frenar a los blancos sin sufrir y se proclamó supercampeón.