'Balaverde' se luce en Vejer
vuelta a españa
Valverde ganó ayer en la cuarta etapa de la Vuelta y consigue diez segundos de bonificación respecto a los favoritos
Alejandro Valverde (Movistar) tiró de velocidad y clase para adjudicarse ayer el triunfo en la cuarta etapa de la Vuelta a España con meta en Vejer de la Frontera (Cádiz), que por su final en repecho estaba marcada para él. "Balaverde" no falló y mandó un mensaje a los favoritos, que anhelan el maillot rojo que aún reposa en las espaldas de Esteban Chaves (Orica).
La etapa maratón de la Vuelta, de 209 kilómetros, empezó en Estepona y finalizó en Vejer. En la cima de ese pueblo blanco gaditano, a 200 metros de altitud, marcó la cruz Valverde por la mañana en el hotel, y allí concretó su golpe con un bonito éxito, el noveno desde su debut en la Vuelta, a la vez primer aviso en esta 70 edición.
Valverde no conocía de nada la inédita llegada al pueblo gaditano, pero un vistazo a "Google Map" pudo hacer milagros: "Ese sistema es la leche, nos hemos enterado todos de lo que nos esperaba como si estuviéramos allí mismo".
"Era un final Valverde", admitió el triple vencedor de la Lieja y Flecha Valona, de 35 años, rápido como en sus mejores momentos, como pudieron atestiguar Sagan y Moreno, los primeros que claudicaron tras el murciano en un final que tuvo su emoción hasta que apareció "El Bala".
La estocada tuvo más repercusión en la moral de los rivales que en el reloj, aunque los 10 segundos de bonificación, "nunca vienen mal". En la refriega final estuvo atento Esteban Chaves, quien un día más subió al podio a vestirse de rojo. Valverde salió de Vejer con la tranquilidad que siempre dan las victorias, ya como el favorito mejor clasificado, quinto, por detrás de Dumoulin y de los irlandeses Roche y Martin. En torno a los 15 segundos persiguen Purito, Quintana y Froome, aún inéditos, en espera de la montaña de verdad.
La jornada se decidió en los 4 kilómetros de subida a Vejer. El Tinkoff, que había trabajado para echar abajo la fuga y volver a colocar a Sagan en lo más alto del podio, tensó en la aproximación del puerto no puntuable, pero fue el Katusha de Purito quien mostró de lejos sus cartas. Dos bazas, el catalán y Dani Moreno; y un señuelo, Alberto Losada, quien se dejó la piel para desbrozar el grupo selecto marcando un ritmo exigente.
Pero le faltó continuidad a la subida, que ofrecía incluso algún descenso. Lo intentaron Peio Bilbao (Caja Rural) al principio y Samuel Sánchez al final, pero los citados y el propio Roche no esperaban un pequeño muro a 400 metros de la meta que acabó con sus ilusiones.
La etapa se coció metros atrás. Sagan quería abonarse ya al número uno después de despertar en Málaga y siguió la rueda de Purito y Valverde. Con el lío montado cerca de meta, al murciano se le apareció el polaco Rafal Majka como una imagen divina. El polaco le lanzó en el momento preciso para asestar de inmediato la estocada: "Me vino de perlas su ataque".
El plan cibernético dio sus frutos. Internet le explicó cómo era el terreno y Valverde puso la clase, la fuerza y la demostración de que su podio en el Tour no fue casualidad. El viejo rockero del ciclismo español sigue ganando. Como siempre.
Esta temporada, el campeón de España, ganador de la Vuelta en 2009, ha firmado ya 8 victorias.
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