Una vía de auga sin tapar

La fragilidad del Guardés se mostró ayer, pero no terminó de hundirse el equipo de José Ignacio Prades. Está tocado, pero no hundido tras un partido de ida de octavos de final de Copa de la Reina ante el Zuazo con una primera mitad con más aspectos positivos que negativos y un segundo acto donde primaron las cosas a mejorar. Todo ello en un duelo condicionado por varios aspectos clave como la defensa agresiva del equipo local sobre las líneas de pase, la escasa capacidad de penetración del Guardés y cierto criterio arbitral discutible en acciones puntuales, pero que no deben tapar las deficiencias del conjunto del Baixo Miño.

Y, en gran medida, los problemas llegaron por la incapacidad para leer la defensa del Zuazo. El equipo vasco optó por combinar el 6.0 con salidas constantes sobre los laterales para tapar las líneas de pase. Una táctica bien trabajada y que puso en muchos problemas a un Guardés con la dirección de una Rajnohova con escasa capacidad de improvisación o de buscar los huecos en la defensa abierta con acciones de dos para dos en los que aprovechar los espacios. Tampoco las laterales supieron encontrar los huecos y el equipo de A Guarda sufrió, especialmente en la segunda mitad.

En la primera mantuvo el ritmo gracias a que su defensa funcionó, especialmente en la siempre complicada misión de tapar a la pivote internacional Ainhoa Hernández, que apenas dispuso de balones. En las ocasiones que los dispuso, se encontró a Carratú, que no vivió una buena tarde pero sí hizo paradas de mérito en los seis metros y a las extremos.

Hasta en tres ocasiones antes del descanso amagó el Guardés con romper el partido con ventajas de dos y tres goles. En el minuto 23 de enfrentamiento gozaba de un 11-14 esperanzador, pero la renta quedó eliminada al descanso (15-15). No resultó mala la salida guardesa en el segundo acto, pero pronto se diluyó, especialmente en ataque, ante el cansansio de Rajnohova, sin sustituta en la posición de central, la ausencia durante casi todo el segundo tiempo de Paulina Bufurn y la escasa aportación de Patricia Lima. Prades tardó en devolver a Sandra Santiago al campo, más acertada que su compatriota en la posición de lateral.

En defensa, las cosas tampoco iban bien para el Guardés con la lesión de Sarah Valero, que sufrió un golpe, y la poca a aportación de la portería. Si Carratú paró menos de lo habitual antes del descanso, Miriam Sempere tapó lanzamientos largos, pero erró en los que llegaron por el extremo con poco ángulo.

Con tres abajo (21-18), llegó el primer salvavidas del Guardés al detener Carratú un siete metros en inferioridad. En el 23-20 llegó una nueva reacción del Atlético Guardés. Dentro de los últimos diez minutos, firmó cinco de gran nivel hasta el 25-24, que minimizaba los daños y dejaba la eliminatoria en un pañuelo. Pero el último minuto y medio volvió a ser malo, con una pérdida en ataque y dos tantos del Zuazo, el último de Maddi Bengoetxea sobre una defensa blanda.

La vuelta será en abril, todavía sin fecha, ya que ahora llegan duelos internacionales. Deberá afinar el Guardés ante un Zuazo que se le atraganta y que está motivado en la Copa porque es su único objetivo en lo que queda de curso.

Zuazo 23 (15+12):

Aalla; Erauskin (4), Magdalena Fernández-Agustí (4), Alba Sánchez (7), Loidi (3), Velasco (1) y Hernández (1) -siete inicial- Isabel Fernández-Agustí, Maider Barrios, Arozamena, Encina (1), Puigbò (3), Bengoetxea (3), Blázquez, Romero y Ariadna González (p.s.).

Atlético Guardés 25 (15+9):

Carratú; Urban (3), Buforn (2), Descalzo, Valero (2), Paula Arcos (6) y Lore Pérez (2) -siete inicial-. África Sempere, Sandra Santiago (4), Lima, Barbosa, Rajnohova (5), Gomez, Morais, Míriam Sempere (p.s.).

Parciales:

3-3, 4-6, 7-8, 11-11, 12-14, 15-15 –descanso- 16-17, 18-18, 21-18, 21-20, 23-21y 27-24.

Árbitros:

Jorge Monjo y Óscar Gutiérrez. Exclusiones: Descalzo y Lore Pérez; Alba Sánchez (2), Loidi y Bengoetxea.