La tradición céltica, campeona en Suiza

ATLETISMO

Mar Simón, del Celta, ganó el oro helvético sub-16 en disco y martillo

Publicado: 30 ago 2022 - 00:02 Actualizado: 30 ago 2022 - 00:21

La joven Mar Simón sonríe como doble campeona de Suiza sub-16.
La joven Mar Simón sonríe como doble campeona de Suiza sub-16.

El futuro no lo conoce nadie. Y será el que sea. Pero en el presente, Mar Simón es una niña de 14 años que vive en Suiza, tiene parte de sus raíces en Arbo y disfruta del atletismo. Esta combinación ha deparado que tenga ficha con el Celta, con el que se colgó una plata en el Campeonato de España de su grupo de edad hace un mes en Avilés. También, que el pasado fin de semana compitiese en el equivalente helvético. Allí se proclamó campeona de Suiza sub-16 tanto en disco como en martillo. Sin vivir en Vigo, la joven Mar continúa la inagotable saga de lanzadores que genera sin descanso el club celeste.

De hecho, en sus vacaciones veraniegas, entrenó con José Manuel Hermida, gurú de los lanzamientos. En Suiza, es su padre Manuel Anxo el que trabaja con ella en disco. El martillo lo evoluciona con otro entrenador. Una tradición que se perpetúa gracias a sus raíces paternas, que están en Arbo. Esa vinculación es tan profunda que Mar es feliz de poder vestir los colores celestes.

Sea casualidad o no, el caso es que Simón está propagando la tradición céltica por los lanzamientos en las tierras helvéticas. Allí sacó a relucir su máximo nivel el pasado fin de semana. Tanto, que estableció nuevas marcas personales para ganar el disco y el martillo. La primera la logró lanzando a 43,25 metros el óvalo, muy cerca del récord suizo de la categoría. La segunda llegó tras arrojar el artefacto a 44,38 metros de distancia. Un rendimiento superlativo que no encontró rival entre el resto de las participantes.

A todo esto es importante añadir que a Mar le queda un año más como sub-16. De hecho, y aunque no le apasiona, se plantea trabajar el lanzamiento de peso y buscar el triple oro la próxima temporada. Como cualquier joven deportista en formación, tanto su entorno como ella entienden que es importante probar todos los palos.

Todo esto mientras entrelaza vinculaciones. Su padre es gallego, su madre es andaluza y su hermano, también lanzador, se ha desarrollado en Canarias aunque tiene ficha con la Gimnástica de Pontevedra. Una amalgama que ejemplifica su doble nacionalidad que, por ahora, no le obliga a elegir. De hecho, está pendiente de ser reclutada por la selección gallega para acudir en octubre al Campeonato de España de Federaciones Autonómicas. Y con toda la ilusión del mundo.

Mientras el futuro aguarda, el presente fluye. Mar sigue disfrutando del atletismo, de la multiculturalidad y, sobre todo y tal y como corresponde a una niña de 14 años, de la vida. Todo mientras prolonga el prestigio de los lanzadores de un Celta que ya puede presumir de la primera campeona de Suiza de su historia. La tradición continúa más allá de los Alpes.

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