Tania Fernández, entre el deber y el placer

La niña y la adolescente Tania Fernández estaría corriendo por O Vao detrás de un balón. Seguramente, soñaba con hacerlo algún día, pero carecía del lugar donde hacerlo. Ahora, disfruta del fútbol, pero en la banda y, "como parte del equipo, las victorias también son un poco tuyas”, admite. No obstante, esa fisioterapeuta que cuida de los cuerpos del equipo vigués se sitúa en un escalafón deportivo que pocos, muy pocos, jugadores de los que trata llegarán a alcanzar. Es campeona del mundo. “Siempre me gustó el fútbol, jugué de niña y con chicos hasta que hubo un momento en el que el piragüismo ganó la partida”, admite una palista que el pasado domingo 7 de septiembre en Gyor (Hungría) se hizo con su segundo oro en un Mundial junto a su inseparable compañera de fatigas, Tania Álvarez, del Breogán de O Grove.

“Yo había estado en el Porriño Industrial dos años y, a través de ellos, preguntaron y me llamaron directamente del Coruxo para hacerme la oferta. Siempre había querido tener la experiencia de poder estar en un club de fútbol a un nivel un poco más alto y, ahora mismo, se daban las circunstancias para decir que sí y di el paso”, expresa la deportista. Eso sí, pese a que comenzaba la temporada con el equipo ‘verde’, tenía que finalizar el curso con la cita planetaria en Hungría y lo hizo de la mejor manera posible. “La regata fue muy buena, con las primeras vueltas muy muy duras porque íbamos muchas embarcaciones y había puntos conflictivos, con curvas. Había que estar bien colocadas para evitar los problemas. Una vez pasado este comienzo, entramos en ritmos medios en los que íbamos más cómodas y, a medida que se redujo el grupo cabecero, pasamos a cerrar el objetivo de la medalla y, ya en la última vuelta, que ya éramos tres, pensamos en una estrategia para obtener el oro y salió bien”, relató la deportista.

Esa táctica era clara y pasaba por “llegar al último porteo en cabeza porque sabemos que somos buenas en tierra. Para ello, tuvimos que resistir tres sprints que nos metieron las rivales antes por parte de las húngaras. Una vez que no nos pasaron ahí, conseguimos aguantar la posición hasta meta”, indica la palista del Kayak Tudense. Quizás por su pasado en el fútbol o por su pasión por todo tipo de deportes, las ‘Tanias’ saben que “el porteo es nuestro punto fuerte porque subimos bien del barco, bajamos también rápido y, en general, corremos más que el resto. Entonces, son puntos en los que intentamos aprovechar para hacer daño. Si bien, en este último Mundial era un tramo corto e igual no nos daba mucho tiempo a marcar distancia, pero sí que sufrimos menos que otros”.

Tras el logro, en las próximas semanas, la lucense afincada en Tui regularizará su día a día. “Estaré con el Coruxo diariamente y viajaré a los partidos. En el centro de fisio en el que trabajo iré dos tardes, el miércoles y el jueves. No voy más porque no me dará la vida. Se puede decir que la labor principal será el equipo de fútbol”, describe. Y, a partir de ahí, “el invierno lo tomo con más calma. Pero tengo el lunes libre, el martes también. Miércoles y jueves son los más duros y el fin de semana depende del viaje. Aun así, ya llevo dos o tres años que me tomo el invierno de entrenamientos con más calma porque la campaña de maratón es tarde y me puedo permitir atrasar un poco el trabajo en el agua más en serio”, indica Tania Fernández.

Estar en esa calma está muy lejos de encontrarse parada. "Lo que tengo que hacer es mantenerme en forma con carrera, bicicleta o pesas. Hago deporte todos los días y subo a la piragua lo suficiente para no perder el tacto. Así, cuando me tengo que poner en serio, se lleva mejor”, relata la del Tudense. Eso sí, como equipo con Tania Álvarez, debe entrenar y, “nos juntamos como un mes y algo antes de selectivo (clasificatorio). Vamos dos o tres veces por semana. Somos una pareja que lleva tiempo junta y el trabajo en K1 resulta básico porque es el que haces para estar físicamente a tono y se traspasa al K2”.

"Siempre me gustó el fútbol y jugué de niña, pero finalmente me decanté por el piragüismo"

"Con el equipo estaré todas las mañanas; voy dos días a otro trabajo y, en los huecos, entreno"

"En ocasiones, te encuentras con alguien con el que te entiendes con pequeños gestos. Es lo que me sucede con Tania Álvarez" — Tania Fernández - Campeona del mundo de maratón en K2 y fisio del Coruxo

Se da la circunstancia de que Tania Fernández y Tania Álvarez forman un dúo que se entiende a la perfección y es gran parte de su éxito. “Nos compenetramos bien. Tenemos una forma de competir similar y nos entendemos a la perfección, prácticamente sin hablar. Solo con dar yo una palada fuerte, Tania Álvarez ya sabe que hay que hacer un sprint o intentar pasar o otro barco”, describe Fernández. Algo que se entrena, pero que también tiene mucho de innato, ya que “a lo largo de mi vida, he probado ir con gente. Con alguna vas fatal y, con otra, te montas el primer día y ya vas muy bien. Hay cosas entrenables, pero hay otras que salen de forma natural y es lo que nos sucede”. El fútbol y el piragüismo son deportes muy diferentes y, evidentemente, también lo son para un trabajo de fisioterapia como el que realiza Tania Fernández. Con su experiencia, deportiva y laboral, explica que "el fútbol es un deporte lesivo. No sufres tanto en la agonía de un deporte físico de resistencia, pero tiene otro tipo de desgaste de destrucción muscular por las frenadas, los giros o las aceleraciones. Además, hay muchas patadas, entradas, que el cuerpo lo siente. Existe el contacto y es lo que lo marca", asegura la del Kayak Tudense. A partir de ahí, señala que lo importante es “que no ocurran las lesiones graves de ligamentos, menisco o roturas de fibras, que dejan tiempo a los deportistas fuera”. No obstante, añade que “los piragüistas tienen en los hombros su principal lugar de trabajo y problemas”.

El día a día también es muy diferente porque Tania Fernández, con sus años en el kayak y los que lleva en el fútbol, relata que “en el piragüismo estoy acostumbrada a darlo todo sin esperar nada en contrapartida. Ninguno de notros va a entrenar buscando algo a cambio. Estamos involucrados por pasión o compromiso y el fútbol es diferente. La gente es profesional o semiprofesional”. Lo que no cambia es la pasión y el sufrimiento en la banda. “En una regata, los nervios se pasan al dar la salida”, mientras que en el banquillo, “se sufre mucho, te involucras en cada partido al tratarse de un deporte colectivo y estar dentro de un grupo”. El sueño de la adolescente futbolista es ahora su labor, su deber. Campeona del mundo de maratón como amateur y profesional del fútbol.