La soledad del Club Halterofilia Vigo

Halterofilia

redacción. VIGO deportesad@atlantico.net

Publicado: 12 feb 2015 - 12:02 Actualizado: 13 feb 2015 - 11:48

Isaac Vicente Landín aprovecha la halterofilia para completar su entrenamiento para el martillo.
Isaac Vicente Landín aprovecha la halterofilia para completar su entrenamiento para el martillo.

La halterofilia en Vigo se mueve ya no en un segundo plano, sino en un tercero o un cuarto. En tal tesitura, el Club Halterofilia Vigo ha trabajado en los últimos lustros para mantener viva una llama que ahora empieza a repuntar gracias a la atracción que genera el Cross-fit, que ha sacado a la luz la bondad de ejercicios básicos para los halteras desde siempre.

Hoy por hoy, comenta José Manuel Gayoso, el club cuenta con unos 40 deportistas de todas las edades bajo la batuta de cuatro técnicos. Su hábitat habitual son los bajos de la grada de Río en el estadio de Balaídos, donde pelean con la humedad reinante y los medios justos, aunque también cuentan con la colaboración del gimnasio Centaurus para acoger no sólo entrenamientos, sino también jornadas de competición.

Actualmente, el club no tiene un primer espada que pueda competir por podios a nivel nacional y esa ausencias de referente se nota en las bases. Además, tiene que pelear contra la mala imagen que se ha generado en torno a este deporte y que provoca, por ejemplo, que no exista escuela municipal de halterofilia para los niños y niñas. "Existe la idea de que puede hacer variar el ritmo de crecimiento, pero en todos los deportes puede pasar. Todo depende de la intensidad del trabajo", comenta Gayoso.

De momento, tratan de aprovechar la llegada de deportistas de otras disciplinas, como Isaac Vicente y Pablo Denis, para darse a conocer. Desde ese tercer plano, caminan hacia la luz.n

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