"Sigo ilusionada, me siento como una cadete"
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Vicky Piñeiro (Cangas, 20 de octubre de 1983) ganó esta temporada la Liga Euskotren con Orio y el domingo busca su sexta Bandera de la Concha. Las tres primeras las obtuvo en los primeros años de la competición con la ya histórica trainera gallega de Rías Baixas.
Llegan a la Concha tras ganar la primera jornada.
El primer domingo nos fue bien y llegamos a este en una buena situación, pero hay que mantener los pies en el suelo porque es una regata diferente y pueden pasar muchas cosas. El jueves, en la clasificatoria, tuvimos una buena adaptación y marcamos el mejor tiempo. Después, el domingo fue duro porque fuimos solas, en un modo contrarreloj y se hace duro porque queríamos apretar mucho.
¿Afrontan la segunda jornada con tranquilidad?
La relajación no aparece, pero es cierto que la semana se lleva un poco mejor porque no te ves por detrás. En mi caso, soy de las que no me fío nada. Siempre estoy intranquila.
¿Se acostumbra al ambiente de la Concha?
Para mí es como si remara aquí la primera vez. A esto se añade que Orio es un club histórico y, a pesar de todo lo que lleva ganado, estamos en una temporada excepcional porque se puede dar la circunstancia de que el club gane la liga con sus tres traineras. Y se está viviendo mucho, es una pasada. La embarcación masculina ya ganó la suya, los de la ACT están a punto y nosotros también ya la ganamos. Esto es casi imposible de hacer. Y en la Concha, ellos están cerca y nosotros con el mejor tiempo. Para nosotras es la primera vez que podemos ganar y siempre encuentras cosas que te motivan. Para mí, por ejemplo, ver llorar a una compañera por ganar una Liga Euskotren es una pasada. Son cosas que llegan un montón.
La llama Orio y supongo que a este club es casi imposible rechazarlo.
El que entienda un poco de remo sabe que es un club histórico a todos los niveles. Aún así, aquí cualquier club se vive un montón. Es una pasada. En las ventanas encuentras banderas, te animan por la calle y esto es algo que pasa en Orio, pero también el año pasado en San Juan y en Zumaia igual. Te hace sentirlo como algo especial. Esto también conlleva una presión, mucha más de la que se puede pensar. Por ejemplo, sales un sábado a la mañana a realizar un entrenamiento e igual hay veinte personas en el muelle viendo la alineación. Es cómo los aficionados del fútbol, que siguen a los que son titulares. Aquí igual con las traineras. Se vive un montón y notas esa presión.
¿Se emociona al recordar su primera victoria en la Concha?
Lo recuerdo perfectamente y sí, claro que me emociono. Yo intento disfrutar el día a día y es cierto que, por ejemplo, este año me di cuenta de lo que supone para mucha gente empezar a ganar banderas en la Liga Euskotren. Había compañeras que nunca lo habían hecho y el sentimiento es muy intenso, para ellas y también para el club y el pueblo. Y eso es algo que llega, muy especial.
Usted ganó la primera Concha siendo muy joven y ahora tiene una visión distinta.
El remo femenino evolucionó un montón. En aquel momento, entrar en la Concha, poder remar, ya era todo un logro. Ahora ya piensas en entrar y en pelear por ganar. Es un paso a paso. Antes con remar, ya era la leche y éramos cuatro traineras. Ahora todo es más complicado, con más competencia porque se prepara bien toda la temporada y son muchos clubs los que quieren entrar.
¿Tiene morriña de la Rías Baixas de tanto nivel que juntaron aquellos años?
Claro que sí. Lo que sucede es que es muy complicado que las remeras puedan seguir porque los años pasan y cada una tiene sus objetivos en la vida. A esto se añade que, siendo mujer, todo lo complica más. ¿Cuántos hombres de mi edad están remando y cuántas mujeres? Es algo que pasa. Al llegar a la trainera siempre se ve quién es la más joven y la mayor. Yo me meto entre las de 20 años y soy una más. Si lo analizas un poco, muchos padres están remando, pero ¿cuántas madres? Todo eso te lleva a no seguir, es muy complicado.
¿Nota que ahora se reconoce más el remo femenino?
Sí, sí. Desde mi punto de vista sí que noté que aumentó el seguimiento. Por ejemplo, en la televisión vasca siempre hubo un gran seguimiento, pero en Galicia ahora también y estando fuera es algo que se agradece. En ese aspecto estamos avanzando y también a nivel de clubs se mejoró. Este año vinieron seis traineras femeninas a la Concha. Es cierto que sólo entró una, pero el hecho de que salgan traineras ya es un avance importante porque antes no las había.
Usted estuvo unos años lejos del remo y, al volver, la veo con muchas ganas.
Como todo deportista, no puedes estar diez meses al 100%, pero es cierto que estoy muy ilusionada. Estoy en un momento histórico en Orio y es un objetivo importante para nosotros. Siempre entreno con ilusión y también tengo compañeras que lo viven mucho y eso te empuja. Yo llevo mucho tiempo a un alto nivel, a pesar de ser amateur, entrenamos seis días a la semana y con el esfuerzo extra de compaginarlo con los estudios o el trabajo. Esto hace que igual llegas a una edad que piensas en otras cosas, pero yo me veo bien y disfruto del remo. En Orio me encontré con deportistas que pensé que eran de mi edad porque siempre remé contra ellas y tenían seis años menos. Pero yo me siento como una cadete.
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