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OLIMPISMO
El Comité Olímpico Español (COE) homenajeará mañana (13:00) a los equipos españoles que participaron en los Juegos Olímpicos de invierno de Calgary y en los de verano de Seúl, disputados ambos en 1988 y que contaron con representación viguesa. Dos especialistas en lucha libre, Alfredo Marcuño y Juan Antonio Caride, estuvieron en la capital de Corea del Sur y el primero de ellos viaja hoy a Madrid para participar mañana en el acto conmemorativo.
“La verdad es que no me lo esperaba. Me sorprendió, porque podían haber sido los de 1992 o los de 1984, pero fuimos nosotros y hay que dar las gracias al Comité Olímpico Español por acordarse de nosotros después de 34 años”, afirma Macuño, para el que este homenaje “es un orgullo enorme”.
Fundador y presidente del club Kuzushi, en el que todavía entrena a las categorías de formación, el olímpico vigués recuerda que en aquellos Juegos “estaban Carl Lewis y Ben Johnson, figuras a las que no podías ni tocar, pero sí que coincidí con otras, como Arantxa Sánchez Vicario o las selecciones españolas de diferentes deportes”.
La experiencia dejó una profunda huella en Marcuño. “Entonces tenía ya 27 años, no era un niño, y fue la alegría más grande de mi vida después de mi familia”, asegura el también presidente del Centro Cultural Paradavila, que tampoco ha olvidado cómo fue la competición: “Lo primero era dar el peso, que con 27 años dar 48 kilos era muy sufrido”. Después, dos combates. El primero, contra uno de los mejores luchadores del mundo en aquel momento, el estadounidense Tim Vanni, con el que perdió 0-16. Mucho más reñido resultó el segundo, con el sirio Almsouti como rival. Finalmente, cayó 10-3.
Pero lo importante era participar y disfrutar de un evento único en Corea, donde la villa olímpica “era como Coia, pero todo cerrado. Había mucha seguridad y estaba bien organizado”, rememora Marcuño, que asegura que el asiático “era un país diferente en todos los sentidos. La ciudad era inmensa y la gente parecían hormigas, siempre con prisa de un lado a otro”.
En aquellos Juegos estuvo el también luchador vigués Juan Antonio Caride (-68kilos), que no podrá estar mañana en Madrid por trabajo: “Para cualquier deportista, llegar a una Olimpiada es lo más grande. Yo había estado en los Juegos Mediterráneos el año anterior, pero esto era grandioso”.
Caride tampoco lo tuvo fácil porque se enfrentó al finlandés Jukka Rahuala, bronce en Los Angeles 1984, y con el soviético Arsen Fadzaev, campeón olímpico. “Tengo recuerdos muy bonitos, pero no pude hacer más de lo que hice y, al perder los dos combates, quedé ya eliminado”, señala.
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