Presente y futuro sobre el tatami

El presente y el futuro del deporte del tatami se dieron la mano ayer en la trigésimo segunda edición de la Fiesta del Judo Infantil, evento que organiza anualmente el club vigués Famu de Frutos y que reunió a más de un millar de niñas y niños en la pista central del pabellón de As Travesas.

Desde 1992, el Famu viene desarrollando una fiesta familiar en la que padres, madres, abuelos y abuelas pueden seguir desde las gradas los ejercicios de los más pequeños, que además pueden medirse entre ellos sin distinción de sexo, peso o edad por el particular modo de competición que se lleva a cabo, sin vencedores ni vencidos.

En esta ocasión, niños y niñas de hasta 12 años de edad, pertenecientes a cincuenta clubes y centros educativos de toda la provincia de Pontevedra, mostraron lo aprendido durante el año que termina en un multitudinario encuentro que ya ha pasado a formar parte del calendario deportivo de la ciudad.

Entre los invitados a esta trigésimo segunda edición de la Fiesta del Judo Infantil se encontraban el alcalde de Vigo, Abel Caballero; la vicepresidenta de la Deputación de Pontevedra, Luisa Sánchez; el jefe provincial del Servizo de Deportes de la Xunta, Daniel Benavides; el concejal de Deportes vigués, Manel Fernández; y el presidente de la Federación Galega de Judo, Mario Muzas.

Durante el evento, que se desarrolló a lo largo de la mañana, Caballero entregó al Famu de Frutos una distinción como mejor club deportivo de Galicia, que fue recogida por Marcial Romero, y también hubo un reconocimiento a los dos técnicos más destacados de las últimas generaciones, que recibieron el grado de cinturón negro 5º Dan: Laura Bajo y Álvaro Muzas.

Asimismo, los organizadores entregaron trofeos a los clubes más destacados de la Fiesta del Judo Infantil de 2024, que fueron el Judo Club Pontevedra, el Judo Club Galicia Sur y el Judo Club Baixo Miño. En representación de las tres entidades recogieron el premio Francisco Miguéns, Carlos Garabatos y Mónica Pacheco. Fue el broche a una jornada que demostró que el judo continúa siendo un deporte popular en Vigo y en Galicia.